Inicio / Cuenteros Locales / MiguelTardewski / Ovejita
[C:306585] | ||||
Esther ya no contaba sus años. Esther había muerto hace tiempo para todo. Pero Esther vivía. Cobraba su jubilación debiendo esperar horas tras una fila de hombres sin rostro. Esther con sus temblores de vieja esperaba. Avanzaba poco a poco. Un paso. Dos. Esther no se quejaba. Nadie se quejaba. Esther necesitaba el dinero. Y temblaba. Sus sueños de mujer se habían desvanecido entre sus dedos y ahora sólo le restaba esperar. Aguardar en el banco, en la panadería: aguardar la muerte. Porque la muerte no es otra cosa que esperar sin esperanza. Vivir sin fe en el cambio. Esperanza y fe terrenales. Pero Esther ya estaba muerta. Sus cabellos inundados de canas eran una muestra de la muerte. De la vejez que es muerte. Y así avanzaba en la fila Esther. Sin fe. Con un grito ahogado en su corazón muerto. Y llegaba a la caja. Y cobraba. Y se iba con unos pocos centavos. Y vivía. Como todos viven. |
Texto agregado el 13-08-2007, y leído por 121 visitantes. (1 voto)
|