Llaves del cielo
Ábranme puertas
Para seguirlo
Para adorarlo
Y siempre amarlo
Ser el discípulo fiel
Firme en la fe, acrisolado con la razón
Vivir de su sangre, avivarme de su carne
Ser su fiel hermano, fiel amigo, fiel costado
Leal en los campos, y como él, ser amor
Quien recibió las llaves del cielo; santo
Amado por las hambrientas masas
Vino para sedientos
Pan para famélicos
Y seguirlo, besarlo
Siempre adorarlo.
Llaves que abrirán
Este seco corazón
Duro, amargo.
Y pescar un pecador
Entre mares y sueños
Como un ciego entre la luz
De su segura mano caminaría
A su eterno costado, yo cantaría.
Tan solo eso deseo, un bello sueño
Ser la inmortal piedra, firme e invencible
Que sostenga la cruz de la esperanza
Que ame, y se entregue por la santa palabra
Y que con una voz de amor y delirio,
Decir como él, ¡Yo a ti te sigo Cristo!
Ser el que por el Mundo la voz anuncie
La palabra que mi alma siempre escuche,
Que inspira amor y pétrea firmeza.
Que las angustias y dolores los cure con amores.
Del anuncio del verbo encarnado.
Ser Testigo del Hijo del Hombre amado.
Y Cofre del Templo, mística, esperanza-
contemplada. |