TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / carmona / Cuatro Caminos

[C:306393]

Salimos de San Gabriel muy de noche rumbo hacia cuatro Caminos. Ahí donde 4 caminos que van hacia diferentes lares se cruzan. Pensábamos ir a un lugar donde pasar la noche y poder dormir.

Habíamos estado en San Gabriel desde muy de mañana y por la tarde fuimos a la ex hacienda de Telcampana. Estuvimos trabajando en eso que hacemos cuando salimos para estos lares. Pero ya en la noche nos sentíamos muy cansados. No se si era aquel cansancio que se siente al estar laborando o si fue por estar tanto rato con la boca abierta al estar mirando este lugar. Nunca habíamos sentido esas sensaciones tan diferentes al mismo tiempo. Nunca creí asustarme y a la ves impresionarme tanto con esas ruinas, con ese montón de piedras.

Al llegar a Cuatro Caminos nos dolía la cabeza. No se si fue por lo aburrido y repetitivo del camino, o si era efecto de las mentadas “Faustinas” que nos tomamos al cenar antes de salir del pueblo. Menjurje bastante dulce y sabroso para disimular la gran mareada que le provocan a uno.

Después de la discusión acostumbrada, decidimos tomar el camino que va hacia el pueblo de El Jazmín. Mala decisión. No encontramos pueblo más muerto ese día, o más bien esa noche. Al llegar al pueblo solo nos recibieron los perros con sus ladridos. Pero eso no provoco que algún fulano apareciera. Tampoco encontramos alguna luz que le quitara aunque sea por un rato ese velo de oscuridad que traían nuestros ojos desde hace un buen trecho. Cruzamos el pueblo a todo lo largo y ni un alma trasnochada apareció para darnos alguna indicación, algún norte. Las calles vacías, solas, nos dieron un mal presentimiento y decidimos salir de ahí lo más rápido que pudimos. Demasiada soledad aunque sea para dormir, no debe ser nada bueno.

Aunque queda más lejos, decidimos ir hacia Zapotlán. Ese era su nombre aunque después se le cambio por el de Ciudad Guzmán. Pero nadie se acostumbro a llamarlo así y su gente y la de fuera insistían en llamarlo Zapotlán, así que le volvió el nombre. Tal vez nunca dejo de llamarse así.

El camino desde donde estábamos hacia Zapotlán es muy pesado. Vueltas y vueltas para subir el cerro y vueltas y vueltas para bajarlo. Nomás sientes que la cabeza se te tambalea de un lado para el otro sin que puedas detenerla. Además, ese taponeo en las orejas, sientes como poco a poco se te van llenando de aire, de ese aire frió que hay por ahí.

El sueño que sentíamos empezó hacerse mas fuerte y pesado. Y nuestras compañeras de trabajo no tuvieron otro remedio que rendirse a él. Alicia, Karina, Marisol. Una a una fue cabeceando hasta caer dormidas recargadas sobre ellas mismas. Solo quedamos Ángel y yo, yo a un lado de él.

- Se fueron durmiendo cuando ya casi llegamos.- le dije yo.
-Cuando casi ya va amaneciendo.- me dijo él.

Llegamos a Zapotlán y que diferencia. Hasta ya había gente para irse a sus labores del día que no tardaba en empezar. Una pequeña posada llamada San Pedro, si mal no recuerdo, no muy cara, pero muy agradable y muy bonita nos recibió. Un cuarto para los cinco. Después, una pequeña charla de los eventos del día, una lucha de almohadas y la idea de ir al día siguiente a Colima, a Cuyutlán para ser precisos, se aparecieron en esa madrugada.

Quisimos ir a Cuyutlán para ir a respirar ese aire salado y fresco del mar, a sentir esa agua fría y con olor a sol. Aunque sea por un rato. Para poder llenar con una mechita de alegría estos corazones que después de tanto trajineo se sienten cansados y les cuesta latir. Y el conjunto de estas cosas llamado “Mar”; es buen remedio para eso.

Sin darnos cuenta nos fuimos durmiendo y no supimos de nosotros hasta el mediodía.

Texto agregado el 11-08-2007, y leído por 94 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]