Fue en ciertos años que la sangre me fluyo con más fuerza.
Fue la vida la que con sus pasos logro dejarme en ocasiones;
solitario.
Con un cántaro en mi cintura;
un día partí hacia el Sur
en busca de jóvenes que luchaban por la libertad.
De noche, de día, con el sol de frente y la ideología libertaria marche por horas inconclusas
y con mis pies cansados.
Al pasar lo días de fatiga el amor se acrecentaba,
pero también los recuerdos que había dejado de mi pequeño pueblo central.
Me calcine de tanto sol en ese verano fuerte y minucioso
que plasmó profundamente sus huellas sobre mi tosca piel.
En las noches;
la humedad tocaba en la puerta de mis huesos
y lograba entrar en todas las ocasiones,
y aquellos jóvenes
y no jóvenes me tendieron la mano, apuñada a un fusil.
Como no he de cantar y darle gracias a los cuatro vientos,
que me empujaron hacia el sur místico y poderoso; que me enseñó a luchar y también a crecer entre montes y venados
para llegar vivo al final de la misión,
y conseguirla con tanto dolor.
Golpeare con mis sentimientos los malos sones,
y con el viento partiré en segunda ocasión hacia ese bello sur que me espera y yo también le extraño tanto.
Texto agregado el 11-08-2007, y leído por 140
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
11-08-2007
Creo que todos los días partimos en cierta forma ... naiviv
11-08-2007
extrañar es un miy buen sentimiento y como simepre son tan buenos tus poemas tecclas
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