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- No puedo ir

- ¿Por qué?

- Mi madre, no quiere que valla, y, está delicada de salud y de humor a flor de piel...

- Entiendo, quizá yo tampoco pueda ir, es por un amigo que desea estar a mi lado ahora que se está muriendo.

- Entiendo, entiendo...

Miraba a mi amigo y deseé largarme. No deseaba expresar mis sentimientos. Estaba por llorar, una lágrima estaba por reventarse. Me contuve, pero mi amigo se dio cuenta de ello.

- Te dejo amigo, tengo que trabajar, y ya se ha hecho tarde. Adiós.

- Adiós

Salí de su casa y me puse a pensar en muchas cosas. En mi mala o buena suerte, en mis padres, en mi fracaso económico, en todas las mujeres de mi vida, en mi perro que aún no había cenado, yo tampoco... Me detuve y quise hacer algo diferente. Llamé a mi hermano que vivía a más de 5000 Kilómetros de donde estoy.

- Hola, soy yo

- Hola, qué haces

- Nada, me acordé de ti, nada más...

- Ah... ¿Te ocurre algo?

- No, todo está bien, gracias...

- ¿Mamá? ¿Papá?

- Todos bien, no te preocupes

Quedamos en silencio por cerca de un minuto. Me dijo que estaba ocupado y que me dejaba, que otro día me llamaría. Le dije que estaba bien y que gracias... Colgó. No quería regresar a casa. No quería ver a nadie, quizá por primera vez tuve ganas de morir. ¿Morir? ¡Que extraño sentimiento! Es mejor que regrese a casa y de de comer a mi perro. Tomé el bus y regresé a casa.

Estaba por entrar cuando vi al mi amigo con el cual había estado conversando. Le pregunté qué hacía por acá. Me dijo que su amigo había muerto y que se sentía con ganas de conversar conmigo. Le pregunté si entrábamos a mi casa o íbamos a otro lado. Otro lado, es mejor, respondió. Antes, le pedí que entráramos un momento pues tenía cosas que hacer. Entramos y nos encontramos con mi madre y mi padre. Ambos se pararon y saludaron al doctor. Yo fui hacia el patio y vi a mi perro. Le acaricié y saqué su comida. Le serví. Es agradable servir. Sentí paz mientras acariciaba el lomo de mi perro, mientras este, engullía su cena sin respirar... Le puse un poco de agua a su lado en caso tuviera sed. Me paré y lo dejé tragando. Salí a sala y vi a mis padres conversando amenamente con el doctor. Me senté a escucharlos y sentí que, con mi amigo, no iba a salir a ningún lado.

El tiempo pasó y la charla era cada vez más y más amena. Mi madre sacó sus fotos, sus recuerdos. Mientras mi padre sacaba unas copas. Miré el rostro del doctor sin que este se diera cuenta. Lo vi muy contento. Me sentí bien por él. Me paré sin que nadie se percatara y salí de casa.

Ya en a calle, no volví la mirada atrás. Un auto se detuvo frente a mí.

- ¿Te llevo guapo?

Me fijé bien y era una mujer, una guapa mujer. Joven, bien vestida. Su auto era hermoso, del mismo color que sus cabellos, oro. Un buen marco, pensé.

- No, gracias

- ¿No te gusto?

- Si

- ¿Entonces?

- Eres bella, pero hoy, solo hoy, no puedo apreciarte... Adiós

El rostro de la bella mujer se quedó como si fuera una tortuga, es decir, como si se metiera dentro de su caparazón de carne y ojos y pelos y ese perfume caro pero que apestaba rico... Volteé la mirada y seguí mi camino. El auto se alejó de mi sombra y yo me sentí mejor. Me siento más oscuro, extraño que mi propia sombra, sentí. Me senté en una baca y miré mi sombra delineada por la luna.

- No te encuentras...

- No

- Es bueno conversar, sacas lo mejor de tu alma

- Si

- Te diré que esta noche es mágica. Las puertas de lo impredecible abrirán su espacio. Puedes entrar, y verás un poco de ti mismo

- Ya, muchas gracias

- ¿Me crees?

- Si

Bajé la mirada y cerré los ojos. Hacía frío, mucho frío. Me cubrí mejor y tuve un presentimiento. Abrí los ojos y vi que un gato negro me miraba...

- Miau

- Miau

- Anda a tu casa

- Ya, un momento más

- No estés mucho rato solo. Es tiempo de los sueños largos. Ellos tienen un mensaje para ti. Ve y sueña...

Me levanté. Iba a ir a mi casa pero decidí subir a un metro y dormir en los asientos, del inicio al final, y del final al inicio... Efectivamente, tuve un sueño, y en él, viajaba lejos. Cuando vi el lugar al cual llegaba, y pude ver, entender que mis sueños se harían pronto realidad. Desperté y ya había amanecido. Fui de frente a mi centro laboral y no sé por qué, sentí que todo iba a ser mejor que el día anterior...


San Isidro, Agosto del 2007


Texto agregado el 10-08-2007, y leído por 341 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
18-08-2007 no se escribe "valla" , se escribe "vaya". saludos. eldiablox31
11-08-2007 Por un lado tiene cierta magia y te atrapa , y por el otro , parece que tu sombra te hubiera leido el horoscopo para el dia de hoy. eldiablox31
 
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