Ahora Omeros me llama intrascendente
y añade que son fatuos mis placeres
pues las letras, el vino y las mujeres
nunca me harán famoso ni solvente.
Gracias Omeros, yo sinceramente
pienso que ni la gloria y los poderes
tú te puedes llevar cuando te mueres
ni los puedes dejar por intangentes.
Qué me importan a mí la trascendencia
ni la vana ilusión de permanencia
en libracos inútiles y arcanos.
Sólo aspiro a servir cuando requieran
auxilio los que sufren, y me quieran
mis amantes y amigos más cercanos.
Texto agregado el 10-08-2007, y leído por 336
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Lectores Opinan
12-08-2007
Vaya, y yo que rara vez comento me encuentro con el doble esfuerzo de revisar sus cosas en busca de Omeros que dice de talento como si él supiera de eso. Bueno, esto es una boludez pero puede entreverse su intención. Pero no jodamos, usted es un mentiroso casi perverso, mi viejo. Saludos. guy
12-08-2007
mis respetos... pues es un soneto encantador... esta buenisimo! cristal
12-08-2007
Bueno, bueno. Verdades con filos de aceros templados con las sangres de algunos marranos. avespaciano