Y ahí estaba yo, en medio de aquella oscuridad rodeada de luces y risas, intentando encontrar un poco de diversión en aquel simulacro de baile que suelo hacer, pensando a la vez en toda una vida de portarme como lo indicaban en mi casa, toda una vida de ser la chica de la casa que carga con todas las expectativas no solo de su familia sino de sus amistades…en un instante su voz me sacó de aquellos pensamientos “¿bailamos?” a la vez que una mano masculina me era extendida para apoyar aquella invitación, “sí” dije mientras me aferraba a aquella mano como si fuese una salvación de todos aquellos pensamientos que llegaban cuando menos lo imaginaban y pesaban como una losa de piedra sobre mi corazón, ¿y si por una sola vez hiciera lo que todos?...

Llegué a mi casa reprochándome el porqué de mi actitud, no tenía nada de malo dejar que me abrazara, era hasta normal por el tipo de música que se estaba escuchando, pero no, lo había hecho de nuevo, el chico me había gustado, ¿porqué diablos no me había dejado llevar?, odiaba que me pasara eso, llegado el momento siempre me comportaba como un estúpido conejo asustado, nunca en mi vida me había arriesgado a hacer lo que sentía y esta vez no fue la excepción, increíble, con diecinueve años encima, ni un solo novio y ni siquiera haber besado a alguien… pero por azares del destino, un mensaje llegó al celular de al lado, ella sí se había arriesgado y la había pasado bien y de pronto vi en ese mensaje ajeno, la oportunidad de hallar al príncipe que me sacara de mi propia fortaleza, no para que me llevara con él, simplemente para dejarme del otro lado, en donde yo ya no tuviera la necesidad de correr a ocultarme y afrontara las cosas tal y como venían. Sí, el mensaje era del amigo del chico con el que bailé, y ella, mi hermana del alma; “dile que le mando saludos a su amigo” fue la frase mas arriesgada que había pronunciado en toda mi vida y me llenó de miedo, un miedo a lo desconocido al ¿qué irá a hacer?, para mi sorpresa un mensaje sonó en mi celular, era él, no lo podía creer, era una emoción inmensa la que sentía, como si estuviera haciendo algo que fuese malo, mi corazón latía increíblemente rápido: ¡desconocido, enséñame a vivir!

La cita en el café, no tuvo mucho de interesante, el no intentó hacer nada y yo estaba entre agradecida y molesta, quería recibir mi primer beso y él no lo intentaba, pero ¿de qué hubiera servido?, estaba conciente de que lo rechazaría, llegó el momento de partir, mi mamá (así o mas patética) los saludó y al momento que me acerqué para darle su beso y despedirme sus dedos rozaron ligeramente mi cintura y mostrando una actitud un tanto impaciente susurró en mi oído “¿te hablo para vernos mañana?” yo asentí. Por medio de mensajes nos pusimos de acuerdo para que fuera por mí a la escuela, después de algunos contratiempos nos logramos ver, disponía de hora y media, por lo tanto de mi escuela nos fuimos a una plaza; era demasiado temprano y todo estaba cerrado después de un par de vueltas y de jugar un rato reparé en la hora, se me habían pasado ya quince minutos, si entraba a la clase lo mas seguro es que recibiera un regaño ejemplar por parte de la maestra y delante de todos, era el momento de decidir, me voy y hago lo correcto o me quedo y me dejo llevar…

Nuevamente estaba rodeada de oscuridad, con mi mente trabajando a todo lo que podía dar, la diferencia es que ahora no estaba sola, él estaba ahí, sentado junto a mí, con la gran pantalla frente a nosotros, una película bastante mala era proyectada en ella; como de costumbre puse la barrera por miedo a lo desconocido, baje la barra de separación entre los asientos, pasado un rato me pidió permiso para recostarse en mi hombro con gran nerviosismo por esa simpleza acepté, mas no lograba acomodarse, con la mayor naturalidad y como si fuesen parte de sus movimientos de “acomodación” levantó la barra, me abrazó y puso su cuerpo como soporte del mío, sus brazos rodeaban mi cintura, podía sentir su respiración cerca de mi cuello, tenía pánico de tocarlo, de no gustarle, de portarme como “esas” jóvenes que siguen lo que sienten sin importarles el mundo, jóvenes poco valoradas por sus chicos, yo no quería eso…la rapidez con la cual se movió no me dio tiempo de hacer nada, se puso encima de mí y quiso besarme, ¡horror, era un atrevido que le pasaba!, pero se veía tan sexy encima de mi, y yo sin saber besar, temía quedar como una tonta mas de lo que ya había estado quedando durante años, le comenté el pequeño gran detalle de no saber besar a lo que contestó con una pícara sonrisa –no importa, yo te enseño- y oh por Dios, nunca pensé que fuera así, el tipo me quería comer, pero aún no entiendo como fue, el chiste es que me gustó y me dieron ganas de comérmelo también, cuando nos separamos se me quedó viendo y dijo -¿segura que no lo habías hecho antes?- y yo, haciendo un gesto de o sea, claro que si tarado, ¿crees que no recuerdo las cosas que hago?, pero suavizando el gesto con una vocecita infantil-si, segura, ¿por qué?-, -es que besas muy bien-, esa pequeña oración me elevó la autoestima de inmediato. Volvimos a quedar abrazados en la misma posición del principio, de pronto, el ritmo de su corazón empezó a elevarse, podía sentirlo palpitar en mi espalda, acercó su boca a mi oído, podía oír su respiración agitarse, comenzó a acariciar mi oreja por dentro con su lengua y luego a besar mi cuello, sinceramente lo del oído me dio mas asco que placer, aunque intenté no poner esa cara, simplemente cerré los ojos y comencé a subir mi mano por su brazo y ¡oh cielos! ¡que brazo! Eso si me alocó, seguí subiendo mi mano por su brazo, la idea era llegar hasta su cara y tocar su boca, pero, la blusa del uniforme es bastante incómoda, así que no me permitió subir bien el brazo y mi mano terminó en su ojo (que falta de técnica tengo), pero aún así, tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, se veía muy sexy, después de varias pausas para ver la película y de varios besotes, ya cuando me tenía que ir, sus manos terminaron en mi espalda haciendo un lento y sutil recorrido por la misma, su boca en mi cuello, su cuerpo totalmente encima de mí, mientras mi mente estaba diciendo “disfruta, no, detenlo, se siente demasiado bien, no capaz que te alocas” y entre tanta idea terminamos dejando todo inconcluso, regresé a las dos últimas clases en mi escuela, pero quedamos de vernos en la noche, nos vimos, me dijo que quería empezar algo, con muchísimas dudas y considerándolo mas un juego que otra cosa acepté, de eso hace mas de dos meses, nos vemos de vez en cuando por Messenger, no puedo creer que lo quiera, solo lo vi tres veces y ahora…

Hoy reafirmo mi ignorancia y la inseguridad que esta me produce…mi cabeza esta plagada de “por qués” y de “no se porqué” generados en su mayoría por ti, aunque también por otras personas, pero tu ocupas casi todo mi pensamiento y todo mi corazón. La vida me ha enseñado a no confiar y día a día me lo reafirma, pero hoy yo quiero confiar, dejarme caer en tus brazos y tener la certeza de que estarán ahí para detenerme, ¿por qué quiero confiar en ti?, ¿es un “quiero” porque quiero? O un ¿quiero por que te quiero?, pero entonces, ¿por qué te quiero?, ¿te quiero porque te necesito? O ¿te necesito porque te quiero?; yo siento que te necesito porque te quiero…no sabes las ganas que tengo de escuchar tu voz, de ver esa extraña pero maravillosa sonrisa…contigo descubrí un mundo nuevo, lleno de emociones y de sensaciones: tu ternura, dulzura, esa forma en que me abrazas, cuando me haces desear que el tiempo se quede estático; un tiempo en el que para mí no existe un tú y yo sino un nosotros que se transforma en un increíble no se qué cuando nos besamos y que definitivamente es el único que no me interesa saber por qué se vuelve un sentimiento tan profundo y que me produce ese mar de sentimientos en el que quisiera ahogarme para siempre.

… siento que ya terminó todo, no pudimos contra la distancia ni contra el tiempo, fuimos una pareja (si tenemos derecho a llamarnos asi) como tantas otras que no logró vencer a estos dos grandes enemigos…nos volvimos a ver en estas vacaciones, obviamente no fue como yo lo esperaba, al verlo de pie en la recepción de aquél hotel tan desgarbado, sin un solo detalle para mi, cuando que yo había llevado cargando una tarjeta gigante de cuando cumplimos el primer mes hasta allá y él, después de haber olvidado el segundo, no me llevo ni un chocolate… aunque no me dijo muchas cosas que me hubiese gustado escuchar, en los abrazos que nos dábamos sentía que las palabras salían sobrando, aunque quizás me engañé, quizás sentía eso porque lo quería sentir y no porque fuese una realidad…

¿Sabes? tengo algo que confesarte: ya no te extraño, perdón que lo diga así, pero no te quiero mentir, no sé como fue, pero es así; cuando te fuiste, tampoco supe cómo o porqué, pero te empecé a extrañar y a querer, hoy es diferente; será que me acostumbré a vivir con este sentimiento de vacío, o en pocas palabras, aprendí a estar acompañada siempre de tu soledad, de tu recuerdo, acompañada de ese espacio en que no estas, de esos brazos que no me rodean, de tus labios que no me besan, de tus ojos que no me ven…
¿Volverás algún día?, si lo haces, espero que la persona de ti que está en mí no te supere y si algo de mí se quedó en ti, realmente ansío que la realidad que veas de mí no te decepcione…solo quisiera que sintamos lo mismo al vernos, al sentirnos…que no se agolpen las palabras, que no se caigan las miradas, que no se tensen nuestras manos, que no se congelen nuestros corazones, que no rehuyan nuestros labios y que nuestra mente no escape hacia otro sitio que no sea en el que nos encontremos nosotros.
Hoy he sido sincera contigo, te he dicho lo que hoy me pasa y lo que espero de nuestro encuentro, me gustaría mucho saber ahora que pasa por tu mente, por tu corazón, ojalá me lo puedas decir o al menos hacérmelo sentir…

Te quiere y espera

Tu niña


Él no le pone interés a “esto”, no me hace sentir segura; todos me dicen “úsalo, disfrútalo y luego bótalo”, yo no quiero hacerle eso, no quiero pensar en mandar todo lo que siento a la basura, porque si lo hago, cuando el vuelva (por lo regular cuando tú mandas todo al diablo ellos regresan a molestar y para quedar como víctimas) no habrá marcha atrás, mis decisiones son siempre definitivas cuando realmente lo resuelvo, no quiero que el mundo tenga razón, me niego a aceptar esta realidad y me niego porque me duele, aunque nadie entienda eso, pero a dos día de haber cumplido tres meses y que el faltó a nuestra cita, llegue a la conclusión de que a esto ya se lo llevó la fregada, entonces, le haré caso al que mas se acerque a la forma de amar que yo quiero, que yo necesito y no me sentiré mal por ello, besaré otros labios y acariciaré otro cuerpo sin ningún remordimiento y sin pensar en él, sin soñar con él, sin llorar por él, sin extrañarlo y añorarlo a él…que encuentre a alguien allá donde está que lo quiera, acepte y entienda tal y como es, porque yo no pude, me declaro vergonzosamente incompetente para esta misión…

Lo dicho, justo al otro día de darle el sí a otro chico que llevaba tiempísimo rondandome, llegó un mensaje a mi celular, al oírlo sonar no sé porqué, me invadió un escalofrío y pensé “es él” y dicho y hecho, ahí estaba un mensaje proveniente de aquel ser al que tantas veces desee que fuera diciéndome, “que onda, ya te olvidaste de mí?, lo entiendo muy bien, solo quiero decirte que yo te sigo queriendo mucho” ¡¡¡genial!!!, un mes después de no existir y viene diciendo que me quiere…decidí no responder el mensaje…ya ha pasado tiempo, estoy en otro semestre, en otro año y también, estoy a un año de haberlo conocido, de haber empezado a pensar casi todos los días en él, después de agosto, he recibido noticias suyas, por lo regular una cada mes, que me hace que no lo pueda olvidar, cuando llegamos a platicar, veo su rostro en la pantalla, pero no se porqué ya no me produce aquella antigua emoción, es más bien como una mirada con un dejo de melancolía ¿Quién diría que tan joven empezaría yo a ser melancólica?, y siempre que me ve me hace la misma pregunta ¿estás molesta, porque te veo diferente? Y siempre le respondo lo mismo, “no, es que hago tarea” y charlamos cerca de una hora acerca de frivolidades que nada tienen que ver con lo que realmente queremos decir…y digo queremos porque la forma en que me mira es la misma en que me miró siempre, si se puede ahora un poco mas profunda…me dijo que va a venir para las vacaciones de julio, estábamos en febrero cuando me dijo eso, es marzo y no lo he vuelto a encontrar, o ¿creo que sí?, ¡sí!, me lo encontré un día que yo estaba enferma y le dije que me dolía la garganta, él me dijo con un gesto picarón si quería que me examinara las anginas y me mandó un beso, no pude evitar el verlo con cara de ¿Qué onda con tu vida?, obvio me agradó el comentario, pero mi cara no reflejó lo que pensaba en ese momento “¿realmente atiné a pensar algo?, creo que no” y él notando mi reacción se puso serio y me pidió disculpas, me hice la desentendida y que no sabía de qué se disculpaba pero quedó en el aire esa tensión…si se hubiera decidido a … pero no vale la pena, ni siquiera pensarlo, porque dicen que el hubiera no existe, aunque muchas gentes darían media vida para que existiera…pues lo repito, finales ya de marzo y veremos que tan cierta es su visita en julio, aunque para ser sincera, ahorita yo traigo algo parecido a un novio, pero eso aquí no importa, esto trata de él y de mí, dos palabras que en el presente no existen en la misma oración pero que en un futuro quizás encajen como un rompecabezas de pasatiempo en vacaciones que oculta a ese primer y verdadero amor…¿soné psicópata verdad? Jajaja…habrá que ver que pasa…seguiré con mi tarea, que es lo que estaba haciendo…