- Dame dos.
- ¿Por qué?
- Porque siempre quiero todo.
- Dijiste siempre y todo. Que absolutista que sos.
- ¿Por qué te importa como soy?
- Porque a mi me importa todo.
- Dijiste todo.
- También dije me importa.
- Pero una cosa no quita la otra.
- Y ¿Por qué querés demostrar que estoy errado?
- Porque se predica con el ejemplo y vos no respetás lo que decís. Dijiste todo.
- Tenés razón, pero vos empezaste.
- Te pido mil perdones.
- ¿Y para qué querés mil perdones?
- Para sentirme bien.
- Pero los necesito. No te puedo dar mis mil perdones.
- ¿Cuántos podés?
- Por todo esto. Y… te puedo dar dos. ¿Cuántos querés?
Texto agregado el 07-08-2007, y leído por 293
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Lectores Opinan
10-03-2008
jajaja q bien! chelisa
28-11-2007
divertido e inteligente...jaja...me encanto muchachito.... MarMaga
06-09-2007
Muy bueno amigo y nada de perdón!!! que solo Dios perdona...o acaso eres Dios? hay dos?... besos y estrellas. MAncus. mancuspia
31-08-2007
Con un perdón alcanzaría, no? Para qué pedir más... Muy divertido Marcos! Laura:) MariaL
17-08-2007
dame todo o no me des nada, jaja.. dos perdones.. .´cómo me gustó!!! lomasoscurodeminegroyo