Honorables, está bien. Trataré de ser decente.
Mírese de esta forma:
Esto no se trata de un asunto de poder.
El poder está fundado en los temores
Y el poder es triste si no existen súbditos.

…Aquí hubo una confusión:
Sucede que se ha confundido la pasión con el amor.
Sucede, curiosamente, que el más confundido fui yo.

¡Esta honorable dama me ha sacudido el piso!
Yo tenía los pies bien puestos en la tierra.
…Y esta dama me ha sacudido el piso!

¡Claro! …muchas veces grité al cielo
Diciendo que la amé, diciendo que la odié.
Pero señores, en vista de la necesidad
Y considerando los poderes que me otorga el Cosmos
Debo decir, honestamente, discreta e ingeniosamente,
¡En forma taxativa y perentoria!
Que si hubiera sido por mi, esta dama quedaba coja,
Gorda y peluda, torpe y prescindible.

…Señores honorables
Aquí no se trata de malas intenciones.
Esto no es más que el conocido instinto de sobre vivencia.
¡No hice otra cosa que defender mis emociones!
…mi frágil estabilidad emocional.

Esa es la razón por la cual guardo
Celosamente este arsenal de emociones.
Este arsenal por el cual se me acusa de mal intencionado.

¡Juro que yo ya lo intuía!
En mi defensa
Argumento que soy y estoy
Del lado de Bergson
¡Del maldito Bergson!
“háganle caso a los poetas señores”
…y es que el instinto es una mala costumbre
Una estúpida costumbre de ser poeta…


Nota: ¡Cállate! …¡Ni lo pienses!