03/12/2001

Lo difícil en este punto del camino era la jungla que reducía la visibilidad a unos cuantos metros. La primera vez que vine, no podía siquiera distinguir el final de mis extremos, y aún sabiéndolo, decidí aventurarme, a tener que soportar la infatigable y aburrida cotidianeidad. Ahora ya no hay jungla, pues ha sido destruida. Ahora lo que reduce la visibilidad es la niebla... ¿Por qué esa cara de aburridos? ¿No les interesa mi documental de la zona? Ya sé que nos estamos muriendo, lo sé. Pero quisiera saber si alguno de ustedes preferiría estar sentado frente a su sofá, esperando la eternidad; o rezándole a su dios; o extrañando que alguien entre por su puerta. ¿Alguien? Díganme a quién, porque como tengo entendido, nadie de aquí espera a alguien. De ser así no tendrían necesidad de esto. Y aunque así fuera, es tarde para arrepentirse. Estamos ya cerca de lo que nos espera, así que mejor piensen si este fue su verdadero objetivo perseguido, o si sólo perdieron su tiempo. Si perdieron el tiempo, lo siento mucho. Todos lo hemos perdido de cualquier forma.
Aquí estamos. Por fin después de tanto caminar, hemos alcanzado el punto sin retorno. Bueno, literalmente, porque eso no significa que antes hubiera sido posible regresarse. Ahora necesito que todos se formen en una fila, hombro con hombro, y no caminen, sólo permanezcan de pie. ¿Por qué tal silencio? ¡Vamos! Canten algo mientras realizan su formación. Cualquier canción, no tiene que ser unánime; y tampoco me pregunten, lo dejo a su imaginación. Lo importante es que se debe sentir que hacen esto con agrado. ¿No? Está bien, no es de su agrado, pero esta basura tiene que ser hecha por alguien, y ustedes fueron los elegidos. Uno debe resignarse a su destino por más infortunado que sea. Como ya dijeron por ahí: fortune plagno vulnera.
Dejémonos de tanta palabrería, estamos listos. Como podrán apreciar, no podemos ver, maldita niebla, y sin embargo la misma nos facilitará el trabajo, bendita niebla. Ahora mismo nuestras cinturas están siendo amarradas a las de los demás, para que nadie decida cambiar de parecer en el último minuto y eche a perder la velada. O se hace o no se hace. Bien, espero que esas correas no les molesten porque la verdadera molestia vendrá cuando alguno de ustedes haga algo mal, y los demás lo resentirán. Y eso sería egoísta, ¿No? ¡Ah, no, disculpen! Ustedes nunca pensaron en los demás, cierto. Perdón.
Bueno, a la voz de "ya" todos saltaremos al frente. Recuerden que es necesario ser uniformes. ¿O prefieren contar "1, 2, 3"? ¿"Eins, Zwei, drei"? Bueno, no me miren así, este es mi trabajo. Por cierto, un detalle es que hablar en plural es sólo protocolo, pues obviamente yo no voy. Ahora cállense y miren al frente... ¿Listos? ¡Ya!
Adiós. Es un largo abismo, ¿No?
Siempre he odiado este trabajo. Odio suicidar a los presos. La próxima vez pediré ser promovido a "tortura". Es menos cruel. Y no tengo que preparar ningún discurso.