Era de noche. afuera, la lluvia caia desde hacia varios dias, y las nubes eran capaces de brindar una carga de agua que parecia como si el mismo cielo hubiese decidido caer sobre la inmunda Tierra que los desgraciados mortales habiamos osado mancillar, dispuesto a lavar y subsanar las heridas en este torturado mundo, mientras que los intermitentes y poderosos relampagos parecian contentos y hasta dispuestos a ayudar a tan loable labor, iluminando el mundo y lanzando poderosas voces de advertencia contra aquel que se atreviese a interferir en su trabajo.
Ya no habia nada que hacer. por ese dia, lo que restaba era retirarse a descanzar, esperando que el tan ansiado Sol saliese sobre el horizonte y brindar su alegria y vitalidad a todas las creaturas con el valor suficiente para aguardar su llegada. Sin embargo, mi estado de animo se habia vuelto mas gris de lo habitual, tal vez por la prolongada ausencia del astro rey durante tantos dias, lo gris de las grandes nubes en el cielo o que simplemente estaba hastiado de todo y todos, que tome una gran decision, algo importante, una locura total: abandonar los sueños.
En efecto, cuando comence a cabecear, empece a pensar en que es lo que mas me agradaria soñar, mas en ese momento, una idea tan subita como los relampagos que saltaban por las nubes alla afuera, asalto mi mente: me dijo Para que quieres soñar, si cuando despiertes, descubriras que solo es una fantasia que solo los ilusos pretenden conservar?? Asi, la semilla del abandono por los sueños empezo a germinar.
Segui cavilando sobre ello, espantando por unos momentos a Morfeo, que retrocedio y se agazapo en el armario, dispuesto a salir cuando la ocasion fuese mas propicia;mientras, la pequeña semilla era alimentada por los ricos nutrientes de la soledad, depresion y mal humor acumulados, que siempre se encuentran en lo mas profundo del alma, hasta que su malevolo fin se develo con su maligno fruto: mi decision de deshacerme, de una vez y para siempre, del mundo de los sueños.
Decidido, me recoste en mi cama, y cerre los ojos hundiendome en la obscuridad de la noche. Por lo que me parecio un instante, no supe del correr del tiempo, ni de mi mismo, hasta que unas vagas imagenes, de un cielo azul limpido y raso abordaron mi mente; mas sin embargo, mi aun ferrea voluntad no olvidaba tan facilmente su decision, asi que me desperto a mitad de la fria madrugada, dejandome sorprendido y perplejo, hasta recordar mi promesa nocturna y la causa de mi despertar.
Una vez recobrado el control de mi mismo, volvi a cerrar los ojos,y abandonarme al tibio lecho que ofrecia su calor abrigador y el reposo de las fatigas de la jornada anterior, mas no paso mucho tiempo cuando volvio la imagen a mi, pero ahora mas clara y con mas detalles que la vez anterior: un cielo sin nubes, y el sol brillando en lo alto claro y gallardo, desperezando a los montes cercanos, que se engalanaron con un vivaz manto verde; mi conciencia trato de rebelarse contra la vision, pero mi voluntad se empequeñecio, y no pudo romper la magia del sueño, que siguio desplegando, ya no solo imagenes, sino hasta sonidos y sensaciones mas profundos: el alegre cantar de los pajaros celebrando un nuevo dia, y la llana, pegajosa pero placentero contacto de mis pies con el agua que habia en el suelo, trayendo consigo recuerdos de dias felices, donde la pena y el dolor no existian, y las lagrimas del cielo eran mas que bebida o instrumento de limpieza: eran la ambrosia de la felicidad y el vino de la ventura...
No supe cuando termino el sueño, ya que cuando cobre conciencia de mi mismo estaba afuera, contemplando extasiado la vision que habia tenido durante la noche: la lluvia cumplio sus propositos con creces, y el mundo despertaba al nuevo dia saludandolo alegremente y vistiendo sus mejores galas, adornado con los mejores accesorios que le fueron posibles, las flores marchitas del campo vecino volvieron a la vida milagrosamente, deleitando la vista con sus elegantes y vistosos vestidos de colores, mientras que sobre los montes color esmeralda, se erguia majestuoso e imponente el arcoiris, como muestra del arduo trabajo de dias enteros.
asi pues, con ese gran panorama, descubri que fracase rotundamente en mi afan de borrar los sueños, pero lejos de sentirme derrotado, agradeci la oportunidad de apreciar el maravilloso don que poseemos: soñar...
|