Esta tarde azul

Dejaré que vuelen mis pájaros hacia el deleite de tus labios.
Gorriones desperezados de asombro abrirán sus alas lactantes al robarte el jugo que guardas en tus fárfaras de ardorosa frescura.
Despacio desdoblaré el envoltorio de los basiliscos de tu boca y daré algunas vueltas a los moluscos cubiertos en golosinas…
Recibiré el regalo de un beso eterno que contenga mis fraudes y fracasos tornándolos en altivos triunfos de honor y gloria.
Sólo el mirarte mirarme recompensa el desgarre
del temor a perderte cubriéndome como cubre el mar a islas sedientas de mares.
Plantarás tu bandera en mis huesos carcomidos a incesantes golpes por el desencanto de llamarse amante cautivo de la nada.
Despacio el abismo cede y comenzaré a poblar mi destrucción:
Con un beso se puebla la raíz del hambre cuando el espíritu se sacia regocijado cual hijo primogénito en el pecho de su madre…
Esta tarde azul mi corazón ríe al saberse loco siervo de tus besos profanadores de mi mezquino reino.