RESURRECCION

Rehén de un sucio adios
intentaba sangrar,
pero su corazón
era de tinta.
Siluetas inquietantes
de papel,
iban dejando huellas
en su costado izquierdo.


-Se consagró a su resurrección-

Ella ya no era humana,
y lo sabía,
se poseía
en funestos presentimientos,
obstinada en el silencio
y los trozos de hojas,
perfumadas
con la humedad siniestra
de los recuerdos.

-Demasiado alucinada para envolverse en el consuelo-

Se rescató,
justo minutos antes
de cruzar el umbral
hacia una mentira musical,
que la recostaba
en el más frío de todos los errores.
Estampada sobre una pared gris
acomodó sus huesos tensos,
a punto de estallar de historias
nunca concluidas.

-Hay dias en que un crujiente alarido traspasa la mañana-