Algunas cosas sé

Sé que es delirio pues el agua con el aceite nunca se van a mezclar…
Que la rueca da vueltas mil veces y en la noria el borrico corcovea
y rueda siempre sobre sus mismas anillas la cargada carreta…
Que la intemperie puede ser un principio de bienaventuranza,
que los monjes rezan arrodillados sobres sus piernas suplicantes,
que existe un sino para los amantes del viento cuando llega la brisa.
Todo eso sé, mas qué voy a hacer si me siento atrapado en sus aguas furiosas y mi cuerpo es un barco de bruma sin timón ni timonel.
Pero, es un desbande de trinos que me atormenta elevándome hasta el infinito de las nubes…
Y mi corazón es un nido de polluelos pidiendo comida,
mis brazos son ríos torrentes que sortean pendientes agudas.
Sé que cantarlo es una locura de vientos y arenas,
Y mas loco es dejarse seducir por una sirena de cola verde.
Que la naturaleza cuando se despierta hace vibrar la tierra,
caer nieve en plena primavera, hacer cantar a los sapos y reír a los lagartos bajo el fuego del desierto;
es una locura llamarse enamorado porque el mundo olvida su nombre y le apartan como un fraile, un beodo o un extraño visitante de otros parajes.
Así estoy carcomido por ese sentimiento lacerado por una aguja de cristal,
por una cárcel que me hace prisionero de su esplendor bajo una tarde de cuchillos.
Tendré que dejarme vencer por esta maravilla que me acomoda el alma, me depurar la sangre, me infiere que ahora me desahogue y le invite a tomarnos de las manos en esta vida absurda donde el amor no se celebra sino los deshechos de las emociones.
Dejaré que pase el temporal, luego recogeré mi amor como hojas esparcidas y seré feliz como cuando se despierta de un sueño nocturno.
Y así seremos dos locos que caminaremos como otros, en un mundo de locura: tu, mi loco amor y sus sueños...