Esa acrobacia maravillosa en mi vientre.
Mi risa insospechada y espontánea.
El cansancio que descansa en mis pestañas.
El fullero más dulce del mundo.
El eclipse de mi enojo y mi rabia.
La dicha traducida en plenitud y motivada por la gloria.
El carmín en las mejillas y el centello en la mirada.
La inocencia evocada en la sonrisa.
... para mí, todo eso y más! tu eres.
Texto agregado el 17-03-2004, y leído por 243
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
14-04-2004
Guau! Tus palabras poseen una ternura maternal... muy buena amiga... ate... eco eco eco eco
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