La dama fuera de contexto

Yo no soy crítico de cine, pero hace poco vi por casualidad una película basada en varios corto metrajes, por así decirlo, estilo de la película gringa “Tiempos violentos” o la Mexicana “Amores perros”, bueno, no es exactamente así porque estas películas, en particular, se dividen en varios episodios que están enlazados entre sí de alguna u otra manera, la película que me refiero está dividida en varios capítulos que cuentan historias diferentes aunque el lugar es siempre el mismo. La película se llama “Historias del metro” y por lo que pude darme cuenta es Inglesa. Bueno, dando los respectivos créditos al director y al guionista de la película antes mencionada, que no tengo la menor idea de cuales sean sus nombres, paso a relatarles, mas o menos, uno de los episodios.

Es una noche en el metro de Londres, ese medio de transporte tan popular en la Capital de la gran Bretaña, viajan ahí personas muy peculiares las cuales forman una escena patética a veces, otras veces risible, quizás, otras veces cotidiana. Un joven negro mastica sus papas a la francesa y le ofrece a su novia la cual muy enfadada las rechaza y le dice que lo que ella quería era un hamburguesa.

-Pues si querías una hamburguesa debiste pedírmela -dice el novio- tú nunca dices nada.

Viaja también un hombre con una apariencia intelectual pero solitaria, viste un gaban, y mira muy analítico todo lo que sucede a su alrededor oculto detrás de sus gruesos anteojos. A su lado otro hombre le hace arrumacos a su bebe quién llora desesperado, su madre está de junto y se encuentra muy irritada por el llanto del niño al igual que el resto de los pasajeros. Unos travestis tararean canciones y ríen estrepitosamente, muy cerca, una joven con el cabello teñido de púrpura también celebra con sus demás amigas que son muy parecidas a ella y de repente dice.

-Tengo ganas de orinar, ¿acaso a alguien le importa que orine aquí en el metro?

Nadie le contesta y entre tanto la muchacha que no quiere recibir papas fritas de su novio le reclama a este que por favor haga callar a la mujer de cabello púrpura pues la exaspera su escándalo, mientras tanto, el hombre con apariencia intelectual piensa, quizá, que se encuentra en el lugar equivocado.

Entonces se detiene el metro en una estación y aborda una mujer que, por supuesto, está totalmente fuera de contexto en aquel lugar, es una dama elegantemente vestida con un traje de ejecutiva muy serio pero que al quedarle un poco más alto de las rodillas no disimula las tentadoras piernas de la mujer, y toda ella en sí es como un sueño que de repente hace que todos imaginan cosas. El muchacho que come papas fritas imagina que ella está sentada a su lado y que le recibe los pasabocas que su novia rechaza mientras él le acaricia uno de sus sensuales muslos, el hombre que carga al niño se imagina que su esposa es ella y que lleva a su hijo el cual, en vez de llorar, ríe en los brazos de su hermosa madre, una chica que mastica un emparedado de queso con lechuga se imagina a la nueva pasajera metida en medio de un enorme sandwich, el hombre intelectual se imagina una escena erótica con aquella tentadora mujer que ha despertado los sentimientos de todos ya se han de amor o envidia.

Acontece que un muchacho alto, el cual viste una chaqueta de cuero y mastica un chicle, se acerca a la dama con una actitud de seducción más bien atrevida. Acerca la bragueta de su pantalón a la cara de la mujer, lo cual hace pensar, si fuera una película pornográfica claro, que la mujer le desabrocharía el pantalón y empezaría a hacerle sexo
oral. La mujer le sonríe mientras el hombre sigue en su actitud libidinosa muy cerca del rostro de ella, pero depronto ocurre lo inesperado... Ella vomita en lo pies del muchacho de la chaqueta todo su almuerzo, luego vuelve a vomitar en la bragueta del muchacho y sigue vomitando por todas partes y ninguno de los pasajeros puede disimular el asco que les produce más el único que intenta ayudarla es el joven de las papas que le presta la caja donde venían su comida rápida, la mujer vomita en ella y se llena casi hasta al borde de su vomito amarillento y verdoso. Finalmente saca una bolsa de plástico de su cartera y echa ahí la caja de papas fritas que ahora esta llena de vomito. Entonces se detiene el tren y la mujer sale con su bolsa, que por cierto esta llena de agujeros, regando su vomito en las piernas de todos los pasajeros, de el tipo con apariencia intelectual, de la chica de cabello púrpura, de la madre del niño llorón... Y al bajarse solo mira hacía atrás bastante apenada y con la cabeza baja para decir.

-Lo siento.