Con tus manos de estrellas marinas
enlazas caracolas y arreboles dispersos
en el lecho esponjoso juguetean
los salvajes hipocampos, tus amigos
una fauna variopinta de peces intenta
un ballet de coreografía irisada
que te inspira a declamar una poesía
que habla de imperios y reyes sumergidos
sirena primorosa que evoca suspiros
en los pechos henchidos de los marinos
intenta escribir un texto ambarino
de oleajes y susurros que acorten distancias
para que tu frágil cuerpo recale
en los corazones salinos que te esperan
dulce Arihua, metáfora del amor
y de la vigilia de amantes sempiternos
que por ti desafiarían arrecifes
y colosales alimañas con tal de verte
que tocarte es un sueño y una quimera
como regalarte una estrella en este tu día…
Y el océano enmudece ante tanta belleza
disuelta entre corales y sombras,
bajo lo centrípeto de esas esbeltas curvas.
Como algas, tus cabellos se expanden
en el atardecer del mundo submarino,
donde enigmática navegas pasarelas
de cofres y tesoros
que también albergas dentro de tu alma.
Así habitas el destino de filibusteros y de olas
que marchitas transcurren a tu lado
sin siquiera dañarte,
remontando el torbellino que tu figura emite
en todo lo que rozas...
Como una isla de preciosas piedras
renaces desde el fondo de la eternidad
para quedarte entre nosotros;
en una queja de ensueños y palabras;
de cristal hecho universo
o ecos arrullando
las arenas que se diluyen
en los confines de tu cuerpo...
El mejor día para ti, de corazón Gui y Ana Cecilia.