Felicidad es sentarme en silencio a mirar el pasto cortado,
como un viejo.
Dudando de todo.
No le creo a la lluvia
cuando quiere lavarme,
inundarme,
hacer de mi un naufrago, con su llanto.
No le creo a los pájaros,
que no me teman,
y se posen en mis rodillas,
y me aniden los bolsillos,
y busquen con el pico entre mi pelo,
y me miren a los ojos muy de cerca, sin miedo.
No le creo al viento,
si busca barrerme,
arrancar la parte de mi piel que se descama.
No le creo,
él es un antiguo amigo
que quiere abrazarme,
rodearme.
No le creo,
aunque amontone papeles y hojas amarillas,
muertas,
y junte cardos rusos,
y bolsas plásticas blancas, descontroladas,
contra mi.
Yo se que el viento conmigo, es puro afecto.
(2007)
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