Había superado con éxito la realización de complicadas analíticas y concienzudas exploraciones clínicas de todo tipo; su historial médico y antecedentes familiares aparecían intachables. Sus espermatozoides han sido sometidos a todo tipo de pruebas de capacitación con brillantes resultados.
Rubio y de ojos claros, de complexión atlética; universitario y con un coeficiente intelectual de ciento cincuenta, era sin duda el donante ideal de esperma.

Entró a la sala de donación sin hacer caso a las revistas que había sobre la mesa, apagó la Pantalla que ofrecía imágenes eróticas y saco de su mochila un tratado ilustrado de técnicas quirúrgicas de amputación y disección…