Debe existir otra(o), yo sé que hay otro
dibujándose en un página que no se llena
-ni con gotas de sangre-
o quizá sintiendo el calor de la magia
cuando acaricia una palabra
como ave del páramo

por ahí debe estar
el que ronda sobre sí mismo
con cariño, con distancia, con insulto.
Si señores, aquel que habla de la noche
pero prefiere el silencio cuando choca
con sus letras

yo sé que por lo menos hay una
que recuerda su nacimiento y respira
después de la muerte
que habla del amor sin saber lo que es
que desvaría a diario por el silencio con que habla
su razón

hay otro –por ahí- que no sabe que hacer con una pistola
y no habla en las fiestas
-ni baila-
y anda por ahí regalando botellas al mar
o persiguiendo globos azules
mientras todos discuten

debe existir otro(a)
agresivo como un vaso de porcelana
un pobre diablo que desee ver la música
-mirando desde una esquina-
y a un tiempo diluido con la multitud

¿un rebelde?
de esos que bajan la mirada hasta en las fotos
y tiende a vivir en recintos de colores y metáforas
llevando un cuaderno
donde a diario describa el color y el sonido
de las montañas.

Un constructor de puertas, de los que no distinguen
que es adentro y afuera

Yo sé que hay otro en la otra orilla
que está escribiendo estos garabatos.


Jairo Rojas