-Hola-saludó Carlos.
-Hola ¿y Luis?-preguntó Paolo cándidamente sin dar sospechas a Carlos.
Carlos me miró de soslayo y contestó:
-Está con Erika.
-¿Con Erika? ¿Es su novia?
-Creo que sí.
-¿Sí?-inquirí yo con temor.
-Ella me dijo que él gustaba quedó de verse con él.
Estuve a punto de gritar, mi corazón se encogió y sentí escalofríos, esas palabras fueron como un incentivo para golpear a Luis aunque él no fuera culpable. Volví la cabeza hacia donde se encontraba Erika, y me quedé frío: estaba abrazada a Luis, sus rostros casi se juntaban para fundirse en un beso.
-Me han roto el corazón-murmuré.
Paolo me dio un pellizco, y Carlos me observó extrañado.
-Vamos al pastito.-propuso Paolo.
Lo seguimos como dos perritos, ellos hablaban en voz baja de algo, yo no los oía, estaba destrozado; rozaba con mis dedos los matorrales sin preocuparme mucho de si los maltrataba o no. Nos sentamos y empezamos a platicar, ellos ya habían terminado su charla y ahora me incluían:
-¿Que pasó con Alejandra?-me interrogó Paolo.
Me sorprendió su pregunta, Alejandra había sido una amiga a la que quise mucho, pero ella no me hizo caso por el simple hecho de ser amigos.
-No la he visto, tengo sed, ¿quieren agua?
-Sí-dijo Paolo- yo quiero una de medio litro.
Me fui sin decir nada, en cuanto estuve lejos de ellos me eché a correr buscando a Noel, cuando lo encontré me sentí enfermo y no aguantando más exploté con él: le dije todo lo que había ocurrido con Erika, sintiéndome estúpido al verme tan herido por una mujer que apenas había conocido.
Noel, me dio un par de palmaditas en al espalda, pero no me puso mucha atención porque estaba con sus otros amigos, los que no tenían penas; en ese momento fue cuando me sentí más sólo que nunca, compré el agua y arrastrando los pies llegué hasta donde estaban Paolo y Carlos, me senté, pero al mismo tiempo Carlos se levantó y se despidió. Me volví hacia Paolo quien me dijo:
-Ya sé todo, cuando te fuiste Carlos me lo dijo.
Permanecimos un rato en silencio y comenzó:
-Tú le gustas a Erika, eso tenlo por seguro, pero lo malo es que ella conoció a Luis antes, y cuando se lo presentaron no hacía más que decir: “Carlos, tu amigo Luis está muy guapo y es muy simpático” pero cuando te la presentaron, hoy empezó a decir: “¿Dónde conociste a tu amigo Andrés? Tiene una sonrisa muy bonita y es súper simpático, a ver cuando lo veo de nuevo…”
-Pero si hoy quedamos de vernos en italiano…
-Si, pero todavía no termino. Cuando Erika le dijo eso a Carlos, él le propuso decidirse entre tú y Luis, obviamente lo escogió a él, quedaron de verse a la misma hora en tu habías quedado con ella y ya no fue contigo.
-Me lo hubiera dicho cuando salió de Griego… ella me pidió que nos fuéramos juntos…
-Sí, pero ya sabes como es Carlos, es un cizañoso, por eso cuando te vio con ella inmediatamente le expuso el caso de Luis.
Quedé más confundido de lo que estaba, intente olvidarme de eso cuando vi a Dulce y Alin, pero después ellas se fueron a su casa y volví a quedarme solo con Paolo. Recorríamos la escuela en busca de algo para alegrar el día, cuando se acercó Luis seguido de Carlos.
-¡Hola!- exclamó Paolo como si no hubiera pasado nada- Ya nos dijeron Luis, lo de tú y Erika, a ver dime ¿cómo paso?
¡Que le pasaba a Paolo! ¿Quería restregarme en la cara que yo había fallado en mi tentativa de noviazgo?
-Sí, ya es mi novia- dijo radiante- me buscó y me dijo que tenía que hablar conmigo. Le dije que me gustaba mucho y ella dijo lo mismo; después le pregunté que si quería ser mi novia y aceptó.
-Ah mira, has hecho tu trabajo-dijo Paolo.
-Sí, ya nos casamos y todo.
-Así es mejor, todo por papel.
Si no fuera porque Carlos me observaba, yo hubiera golpeado a Luis y me iría despechado, pero como todo lo que no podía hacer lo traslucía mi rostro, Paolo tuvo que pellizcarme para que me diera cuenta de mi expresión.
-Quita esa cara-susurró.
Lo que restaba del día y del fin de semana me la pasé mal, renegando contra las mujeres y de mi. El lunes no la vi, ni en el autobús ni en la escuela; pero el martes, el martes fue un gran día para mí. La encontré fura del salón de teatro poco antes de que yo entrara a música, la saludé normal:
-Hola Erika, ya me dijeron lo de Luis y tú.
-¿Ah si?-parecía nerviosa- Pues que rápido se corren los chismes.
-¿Que hacías?
-Nada, ¿nos vamos?
-Bueno, pero tienes novio.
-A él no le importa, vámonos.
Antes de irnos, dimos una vuelta por la prepa, hablamos de varias cosas a las que ella no ponía atención, pero aún así era feliz por estar junto a ella. De pronto, al cruzar por el auditorio nos encontramos con Luis y con Carlos ¡que contrariedad! Sospecharían que yo intentaba ligarme a Erika, la idea no estaba mal, pero mancharía me excelente reputación.
-Ya verás- dijo como amenaza Carlos. Lo que no supe es si fue a mí o a Erika.
Me senté como tonto en el asta de bandera mientras ella decía:
-Espérame aquí, no te vayas, voy a hablar con ellos.
Salió corriendo mientras yo me sumergía en la lectura de El retrato de Dorian Gray el único consuelo que tenía por ahora. Permanecí con los ojos fijos en el papel sin darme cuanta que Carlos y Luis estaban detrás de mí observándome, cuando levanté la cabeza Carlos inquirió con hipocresía:
-Hola And, hmm, ¿de casualidad no sabes a donde fue Erika?
-No- dije con aplomo-se fue a buscarlos a ustedes.
-¿Y te dejó solo?
-Sí
Se fueron riéndose de mi, lo que no sabían era que Erika regresaría, y así fue, regresó y nos fuimos de la escuela, ella permaneció callada la mayoría del trayecto sólo hablando para preguntar si lo que había dicho Carlos parecía como una burla o algo serio. Ese día me pareció insoportable, ella me mortificaba restregándome que tenía novio y luciendo preocupada por él.
Los días que pasaron fueron bastante dolorosos, hasta que llegó el viernes, ese viernes de amor.