Sàbanas blancas, sàbanas azules. Sàbanas desgastadas de tanto lavarse. Jaboncitos de tres pesos (que siempre huelen a lo mismo) y toallas como de papel.

Buscando entre las calles un lugar para amarte. Alentada por la certeza de que lo encontraremos. Y cuando nuestra bùsqueda da resultado, no se necesita decir màs. Al minuto regresas. Al minuto la ropa, la llave y el piso.

Entonces te amo tanto en nuestro obscuro mundo de cuatro paredes.
No importa cuànta gente ha estado ahì, ni el siseante sonido de la regadera de un cuarto cercano. Ahora solo somos tù y yo.
Y nos dibujamos con los ojos, con las manos, con la lengua. Nos conocemos y nos reinventamos para transformar la abstracciòn del amor en algo que se ve y se siente.

Ya no somos tù y yo, ya solo SOMOS.

Cuerpos pegajosos de tì, de mì, de sudor y saliva. Agua y Rosa Venus. Besos de chocolate, caricias de sal. Cinco letras