La mañana se desploma,
el cielo se endurece, su azul se desvanece.
Cada estrella cubre el medio día,
las sombras cubren los tejados, las paredes.
Tú apareces místicamente.
Te detienes sobre la acera, contemplas las plantas,
y el humo que te rodea.
Derramas el amor a cada paso,
fulminas corazones con la mirada.
Abres tus brazos como pétalos aromados,
para así posarme entre tus manos.
Ayer robe un poco de polen.
Hoy me esfumo volando y zumbando.
Tu amor huele amargo,
voy a ponerle un poco de azúcar para endulzarlo.
Sabes a hierba, hueles a tiempo;
pero tu cabello sigue brillando.
Déjate recostarte sobre la tierra esmaltada,
déjame recorrer tu cuerpo con la mirada.
Deja que pose mis labios sobre tu pecho,
déjame besarlo, hasta que derrames, tu pasión deshojada.
Hoy te amaré, como lo sueñan las hadas.
Déjame transportarte con cada alborada,
hasta las aguas calidas de mi cama,
para que puedas desmayarte: sonriente, jadeante…enamorada.
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