Cada rio venia a ser un óbice natural
en el caminar de una lucha angustiosa.
Nos daban agua fresca, monótona vida llevábamos.
nos bañamos en ellos, seguridad perimétrica.
Descanso en su poder, muerte en el mismo.
Los nombres los he olvidado
algunos de ellos algún día me volverán a bañar
con esas aguas reiré en la soledad de esa noche.
Sus aguas diáfanas me llevaran hasta el fondo,
me mostraran los recuerdos de un bello pasado.
De nuevo en la noche llorare en silencio
colgado de una hamaca recordare todo
y mas llorare, y mas triste dormiré.
Texto agregado el 29-07-2007, y leído por 121
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