Si el amor se mide en tiempo,
Tengo millones de años de amor para ti.
Si el amor se mide en peso,
Tengo toneladas de el para ti.
Si el amor se mide en dinero,
Soy Rey Midas solo para ti.
Si el amor se mide en sacrificios,
Soy una Madre Teresa para ti.
Pero el amor no se mide,
Se regala, se disfruta, se vive;
Se celebra en fiestas eternas del corazón,
Se recrea, se otorga y hasta se niega;
Se vuelve carne, resplandece y crece;
Se hace sombra, se hace peste y fenece…
Se hace perdón, se cambia y se transmuta;
Cambia de cara de forma y hasta de sexo…
Se consume cual velita ofrendada,
Que escondida se mantiene tibia en lo profundo,
A la espera, al acecho y medio en celo,
De que lo caliente el sol de otra mirada,
Para explotar 50 megatones de sentimientos,
Consumiendo y consumiéndose y creciendo en su exterminio
Hasta terminar y empezar, siempre sin fin…
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