Hoy me desperté con ganas de gritar tu nombre, para publicar lo nuestro entre la                                                                        sabana manchada de ausencias; 
Hoy me desperté con ganas de decir tu nombre a los vientos, para que me traigan tu cuerpo y tu presencia entre mi soledad; 
Hoy amanecí con ganas de gritar tu nombre, gritar entre jadeos y suspiros y voces entrecortadas… 
Hoy amanecí con ganas de susurrar tu nombre, en tu oído, en tu garganta, en el fondo de tu corazón. 
 
Hoy amanecí sola, por que no estás a la distancia y al alcance de mis manos, 
Porque la cama que alberga tu cuerpo no está en mi cuarto, 
Porque el aire que respiras dormido no le llega a mi olfato 
 
Hoy me desperté con ganas de no amanecer sola y de refugiarme en la tibieza de tus brazos y en los olores de tu sueño… 
 
Pero no estás ni estarás jamás, por que hice un trato, 
Y es en ese trato  que  uso lo que  por otra  es amado, 
Y es en ese trato que comparto lo prohibido, y acepto lo no aceptado… 
Y es en ese trato  que me muero en soledad; 
Dice y repite, y mantiene y reafirma, 
Que tu cuerpo tiene dueña y solo mía es la desdicha, 
Que si tu cuerpo tiene sed, yo soy el agua que te la quita… 
 
Hoy desperté con ganas de decir tu nombre, pero callé por cobardía… 
Por que sé que si me escuchan, 
Solo el eco de mi voz será la respuesta que algún día  
Recibirá mi corazón por tu partida… 
 
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