Las notas de un piano se escuchan en la distancia
las horas se agigantan y el calor apremia,
la estancia aparentemente grata es incierta.

Sobre el almohadón la cabeza de medio lado
los ojos entornados
los labios irónicamente contraidos,
el corazón cabalga
un silencio elocuente.

Las manos prisioneras bajo la manta;
la figura recostada en la silla
de negro total los anhelos
en su interior el miedo contenido,

los ojos miran en la penumbra,
como de costumbre el cigarro haciendo espirales de humo,
una taza descafeinado y el placebo su efecto
un sorbo, una mirada

una palabra,
una tela que impregna la piel
y la hace distante
una singular manera de represión
y una sencilla respuesta

la estancia aparentemente grata,
tiene el cerrojo abierto
-muñeca de trapo-
destino secreto
quizás sus ropas gimen al contacto
nadie
nunca lo sabrá!