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La noche estaba triste, llovía. Ya pasaban la media noche y aún no llegaban sus parientes. Miró el reloj y este le pareció no moverse. No tenía agujas. ¿Qué me ocurre?, se pregunto nuestro amigo. Sintió un mareo. Se dijo que estaba mal. Caminó hacia el baño. Se miró al espejo y estaba sudando. Se quitó la camisa y caminó por toda la casa. Quería salir pero, esperaba la llegada de unos parientes. Cuatro, específicamente. Dos primos con sus novias respectivas. Todos jóvenes. Nuestro amigo ya pasaba los treinta. ¿Cuándo volveré a tocar a otra mujer? Ya han pasado años y nada ¡¿Qué me ocurre?!... Muchas cosas mas pensaba cuando volvió a sudar a pesar que el clima era de invierno. Se sentó frente a la tv. La Encendió, la apago. Volvió a hace esto muchas veces, como un juego, como si quisiera que el mundo entero se enterase de su soledad máxima… De pronto, sonó el timbre de su casa. Se puso una toalla el el cuello, pensando en sus parientes. Abrió la puerta de su casa y vio a una jovencita de no mas de quince años. Le preguntó que deseaba. La jovencita era muda, tenía un cartel escrito en donde pedía ayuda. Era hermosa. Alta, cabellos cortos, negros, húmedos. Sus ojos eran grandes y del color de sus cabellos. Lo que mas le llamó la atención fueron dos cosas. Sus pies descalzos, pequeñitos como los de una muñeca, y sus labios rojos y carnosos… que no necesitaban hablar, era un obsequio a un beso… La hizo pasar. Le dio de cenar. Le dijo si deseaba quedarse a descansar. Ella dijo que sí con un gesto en su blanda. Ella se bañó y nuestro amigo pudo verla desnuda. No se resistió y entró tras ella. Hicieron el amor, despacio. Besándose. Acariciándose, como si toda existencia estuviera encerrada en sus cuerpos… Acabaron. El la cargó, la secó y la puso a descansar en su cama. Ella quedó dormida al instante, mientras él la miraba de lado a lado. Besaba sus pies, sus manitas, su cabello aún húmedo y se dijo que se quedaría así el resto de su vida. Cerró los ojos un momento. De pronto, el timbre de la puerta sonó. Se levantó y vio a sus parientes esperando en la entrada. Se puso una bata y bajó a recibirles. |
Texto agregado el 28-07-2007, y leído por 134 visitantes. (0 votos)
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