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Inicio / Cuenteros Locales / Electrocity / 5.- El patrón de Electrocity

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[13:07]

-¿No te vienes? Será un atraco para recordar.
-Sabes que no me van estas cosas…
-Sí, pero quería que me vieras, Vani… Voy a deslumbrar.
-No lo dudo. Tú siempre deslumbras
-Eres un sol. Pero, entonces ¿Tú qué harás hoy?
-Me quedaré aquí, quiero seguir observando los suburbios.
-¿Sigues con aquella teoría?
-Sí, estoy segura que todo en Electrocity sigue un patrón. No sé, todo me parece como premeditado, calculado.
-Tonterías, Electrocity está viva, todo es espontáneo aquí.
-Eso me gustaría a mí.
-Créetelo muñeca, es así.

Pasan algunas nubes, confundiéndose con el humo que cubre la ciudad. Una tiene forma de conejito…
Octubre se queda a mi lado, sentado en el banco. Cuando calla hay algo en su mirada que me causa escalofríos, tengo la certeza de que millones de ideas están volando en su interior y que pronto van a estar listas para atacar. Mira a cualquier sitio, pero sé que, como siempre, está mirando en su interior, analizándolo todo desde dentro de él.
Y así se queda unos minutos, casi puedo oír el aleteo de todas esas cositas que están en su cabeza. Me gusta; pero los escalofríos siguen ahí.


[13:11]

-Bueno, yo me tengo que ir, que llego tarde. Estaré aquí en cuanto pueda.
-Te estaré esperando.

Y me besa la frente. Luego se levanta, da media vuelta y se marcha. Cuando le veo irse, con las manos metidas en los bolsillos y la mirada turbia como sembrando su propia perdición me viene a la mente aquella frase que oí una vez, ésa que decía algo así como “Sólo tres furias en todo el Infierno, pero un gran hombre lleva tres mil en su pecho”. Y con paso lento acaba desapareciendo de mi vista. No sé, siempre está sonriendo con esa expresión tan segura; ciertamente parece ser inmortal. Pero también, en estos momentos, podría apostar que la infelicidad ha plantado raíces en sus entrañas.


[13:29]

Desde aquí la vista es genial, estoy lo suficientemente arriba como para ver buena parte de los suburbios, pero lo suficientemente abajo como para poder observar los detalles de lo que veo. El banco está justo en uno de los bordes del cuarto piso de la ciudad y me permite mirar con total comodidad. Analizar. Sí, eso es lo que quiero. Sé con todas mis fuerzas que la vida de esta ciudad es plenamente artificial. Nos movemos por engranajes.

Pasa un jeep velozmente por una de las calles del piso 0, es perseguido por un coche de la policía y unas motos. Deben ser ellos. White Kid salta desde el vehículo y derriba a uno de los motociclistas… oh, lo persigue otro. Supongo que sabrá defenderse, él siempre sabe lo que hace. Ojalá no le pase nada, todos estos días mirando Electrocity no serían lo mismo sin su compañía, el único que viene aquí y sin mediar palabra se sienta a mirar conmigo. Me reconforta.

A unas calles de ahí el doctor sale de su consulta, lleva algo en brazos. Si mi vista no me engaña creo que se trata de Jeremy, vaya, debe de haber tenido algún problema con las drogas ¿Cuándo empezó a meterse toda esa basura? Creo que fue poco después de que Margo dejase de sonreír… Pobre chico, meterse Felicidad desde los doce o trece años… Debía quererle mucho como para que aquello le afectase tanto.

Oh, ha habido una explosión… espero que los chicos estén bien. Algún día aprenderán que no son intocables como creen. Luego el jeep gira bruscamente y se choca contra el coche de los polis… eso debe ser cosa de Octubre; llamar la atención con estilo es propio de él.
Después de hablar un poco Snake Boy sale escopeteado. Sabrá muy bien donde ir, sí, todo es predecible, todo calculado. Claramente irá a la zona de los suburbios de su casa. Sí, ese es Snake Boy, el único que verdaderamente pertenece al corazón de los suburbios. Margo y Octubre son del tercer piso, donde sus padres llevan la tienda; Jeremy vive solo en el sexto piso, pero no vive mal, recibe dinero de vez en cuando de su padre, que es un empresario. Y White Kid… la verdad es que no tengo ni idea donde vive…

Vaya… parece que se han dispersado todos…


[14:22]

Pasa volando un pájaro por delante del banco. Si estirase los dedos podría tocarlo… no lo hago… me quedo mirándolo un rato

Parece que todo está bastante más calmado.


[15:07]

Ahora que me fijo, los chicos se han reunido en el parque de los patos. Está más bien lejos de aquí y no llego a ver si están todos; tampoco sé si acaban de llegar o llevan ya un tiempo allí. Espero que hayan salido sanos y salvos de su encontronazo con la policía. Parece que están hablando o algo. Uno sale corriendo.


[16:44]

Un colibrí se ha posado en el banco y ha empezado a pedirme drogas. Al principio no se creía que no tuviese, pero luego parece haber olvidado totalmente que hacía diez segundos antes y se fue volando con aire confuso.
El tráfico en este piso no es gran cosa. Hasta lo que he podido observar va creciendo a medida que subes, cuestión de dinero, en los suburbios casi nunca se ve pasar un coche, al menos que sea comprado. Mientras que en los pisos altos, los que pertenecen a las viviendas y zona de ocio para la zona terciaria alta, los empresarios, están atiborrados de coches aerodeslizadores que van de aquí para allí.

[18:00]

Varios pisos más arriba suena el timbre que indica cambio de turno laboral. En la zona de pisos perteneciente a los obreros comienzan a fluctuar los buses que llevan y traen trabajadores de sus humildes casas a las fábricas y viceversa.
Mi padre, que se hace cargo de la buena producción de las fábricas de la empresa para la que trabaja, me explicó una vez como funciona todo eso. Se ve que hay dos tipos de escuelas privadas, una es del tipo a la que voy yo, escuelas para hijos de familias de dinero, futuros empresarios y gente de dinero. Pero también están las escuelas del sector secundario, donde se programa a los niños que han sido escogidos desde pequeños para ser obreros. Se les despoja de cualquier tipo de deseo material, sólo desean lo necesario para vivir, lo básico. Algo de ropa, algo de comida, una cama, una ducha, nada más. Ningún tipo de ocio o bien material que pueda ensuciar sus mentes, nada que les haga desear. El deseo y el ocio plantan la subversión en las mentes. Los obreros nacen para trabajar, para nada más. Y funciona, no puedes desear lo que no conoces. Por eso el ascensor de Electrocity pasa inexplicablemente del piso 35 al 56, la zona de viviendas del sector secundario está en una cuarentena social. Yo al menos lo comprendo. Algunos compañeros de clase también lo saben, hay quien utiliza palabras como “injusto” o “maldad”, pero creo que es estúpido, si esas personas no desean nada más y viven llenas, ya está bien dejarlas así, son felices dentro de lo que buscan.
No sé… cada uno tiene su felicidad. Hay quien la encuentra en el trabajo como los obreros, en las pastillas como Jeremy o quien no tiene muy claro donde buscarla, como casi todo el resto.

[19:55]

Comienza a oscurecer un poco. No se nota mucho la diferencia por culpa de la bóveda de humo que tapa la ciudad, pero si uno se fija puede notar como los tonos pierden claridad levemente.
No hay un índice claro de delitos según horarios, aquí nada es del todo seguro. Entre más hondo caes, más peligro hay; todo es en relación al piso, a la altura.

[21:48]

¿Antes todo era así? Intento recordar si siempre esos cinco se pasaban media vida haciendo lo que les conviniese, más allá de términos como “Moralidad” o “Ética”. Si voy atrás en el tiempo White Kid va desvaneciéndose. Luego está Snake Boy, él llegó con Jeremy ya que son amigos de siempre, también porque le cayó bien a Octubre. Antes de Snakey y Whitey las cosas ya estaban como un cielo que amenaza con tormenta; antes yo ni siquiera estaba. Pero por lo que sé antes no todo era tan hostil. Rebobinando más se podían ver sonrisas en la cara de Margo, según sé. Y la cabeza de Octubre estaba algo más tranquila, sin esas mil ideas que tiene ahora para subir a lo alto. Eso es muy atrás me temo ¿Qué fue lo que desvió el camino de esos dos? De Margo no sé mucho, y Octubre, puede que lo de Octubre no fuese una desviación; siempre ha querido ser alguien, una persona importante; la diferencia es que ahora no le importa como conseguirlo. Tengo entendido que ellos dos eran prometedores, sus padres veían en sus hijos a dos personas que podrían salir de la miseria que les rodeaba. Pero no todo ocurre como se espera.
Confío, sin embargo, en que Octubre conoce sus límites.
Sí, confío.

[23:09]

De momento no he visto nada que siga un patrón, pero sé que lo hay.
La vida en Electrocity no es espontánea; todos creen ser únicos, pero sólo son un montón de engranajes. Luchan por salir de la monotonía, pero esa lucha es parte de la rutina.
Lo sé, lo sé, hay un patrón
Un patrón…

[13:07]

-Eh...
- ¿Ya te has despertado?
- ¡Ah! Hola... ¿Que haces aquí?
-Es un banco público, y es la una pasada, así que pensé que no ocurriría nada por venir a ver como estabas.
- ¿La una pasada? Vaya... sí que tenía sueño
- ¿Y qué? ¿Dormiste bien?
-Sí, sí... gracias por preguntar
- ¿Te pasaste el día mirándolo todo por aquella teoría tuya?
-Sí, estoy segura que todo en Electrocity sigue un patrón. No sé, todo me parece como premeditado, calculado.
-Tonterías, Electrocity está viva, todo es espontáneo aquí.
-Eso me gustaría a mí.
-Créetelo muñeca, es así.

Y Octubre no acaba de comprender porque sonrío así al escucharle decir eso.

Texto agregado el 27-07-2007, y leído por 129 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
21-08-2007 Hay muchas cosas repetitivas en este capítulo: la versión resumida del asalto contado en la anterior, la descripción de los niveles en Electrocity, los datos personales de los personajes... Y al final, la pregunta del personaje que narra, sobre el mecanismo que ordena la vida en la ciudad, se diluye, pasa a segundo o tercer plano. Es como si se tratara de una pregunta ociosa. ¿Será indispensable este capítulo para la novela toda? adso_demelk
12-08-2007 Hasta el momento, va muy interesante la historia... Lo de las escuelas para niños obreros y la sociedad futurista me recordó en cierta forma a "Un Mundo Feliz"... Miss_Vane
03-08-2007 bien narrado, se ve un estilo propio, pero que se mezcla en lo argumental con líneas bastante hollywoodenses, arroja la idea de que Electrocity es una ciudad norteamericana. NakaGahedros
28-07-2007 Ya he comenzado a leerlo, y hasta ahora, me gusta mucho. Te haré un comentario final. theotocopulos
 
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