-Ei, Octubre ¿dónde estabasss? -sisea Snake Boy
-Despidiéndome de Vanity -responde el joven trajeado sin mirar a la cara a su interlocutor- ¿Y Jeremy?
-Ese yonki dijo que no podía venir, que necesitaba algo más de Felicidad- murmura desde un rincón Margo mientras juguetea con su pelo.
-Así pues, somos cuatro ¿No? -inquiere Octubre fijándose en White Kid que está junto a Snake Boy.
-Sssí.
-Bien, supongo que es suficiente ¿has conseguido algún vehículo en el que escapar, Snake? -pregunta mientras se pone bien la máscara de gas que le cuelga del cuello y coloca una flor violeta en su traje.
-Claro, esss una vieja antigualla de mi abuelo, pero ssservirá. Él lo llama “jeep”
-Perfecto. Entonces, creo yo, podemos comenzar.
-Ssserá el mejor golpe de la hissstoria ¡No veasss como ssse ha puesssto la gente cuando lo he contado!
-Oh, Snake ¿Cómo te lo diría? Se supone que nadie tenía que enterarse ¿Sabes? Es lo que tienen los asuntos ilegales, cuantos menos conocedores mejor resultado.
-Perdona Octubre… Pero esss que ssserá genial, tenía que contarlo, essstas cosssasss sssi te lasss callasss te envenenan.
-Ya da igual. Hablando de venenos, llénate el depósito bucal, que no sabemos con que podremos encontrarnos.
-Marchando -Y se saca una jeringuilla del bolsillo, llena de un potente veneno serpentino y acto seguido se lo inyecta en las encías&- jeje, pobre del que ssse meta en mi camino.
-No lo dudo Snakey. Esto, como ya has dicho, será un gran golpe y lo mejor será que no vaciles a la hora de clavar los colmillos si lo ves necesario. Haremos lo acordado pues, nos dirigiremos al One Eye’s Jack Bar. No es nada del otro mundo pero sacaremos una buena tajada si no me equivoco. Además…
-¿Podemos salir ya o pensabais seguir dándole a la lengua mucho más? -corta tajantemente Margo, quien ya les espera en el jeep.
-Sí, sí -llega a responder Octubre antes de quedarse boquiabierto al girar, y, sólo después de unos segundos para recuperar el aliento, prosigue- pero esto… Esto tiene ruedas
-Te dije que era una antigualla, mi abuelo misssmo la compró de sssegunda mano y en sssu época ya era algo viejo; pero funsssiona. Con sssu ayuda me encargué de arreglarle los desssperfectos que tenía.
-Bueno, ya es tarde para buscar un vehículo más rápido. Ojalá esta cosa pueda sacarnos sin problemas de ahí cuando acabemos.
-Dalo por hecho.
Y Snake Boy y Octubre suben al jeep donde ya están Margo y White Kid en la parte trasera. El coche es descapotable; Octubre se pone al volante e inspecciona su funcionamiento.
-Sí, no parece ser muy distinto a un coche aerodeslizador, supongo que podré conducirlo.-Es su veredicto tras un primer vistazo.
Y, después de juguetear un poco con las palancas y los botones, lo pone en marcha y se dirige hacia el One Eye’s Jack.
Tras varios minutos de viaje llegan finalmente al bar. En la calle no hay nadie que pueda suponer un peligro, ninguna persona que esté haciendo nada más legal que ellos; los suburbios de Electrocity no son buen lugar para quien aprecie su vida. La acera está desgastada y las manchas del suelo parecen haber decidido quedarse allí para siempre, no faltan las pintarrajadas que infestan las paredes, las ventanas rotas y los edificios varios cuyos habitantes más dignos son las ratas. Los cuatro jóvenes se bajan del automóvil, meten las armas en su sitio, y se disponen a entrar.
-¿Preparados? Recordad como hacerlo todo, será mejor evitar heridos. Hoy por hoy lo que queremos es dinero, no violencia.
Los cuatro entran; dentro hay unos cinco clientes, nada peligroso, borrachines fracasados. La iluminación es tenue y todo el bar desprende un hedor propio de las peores cloacas; no parece que la limpieza sea una tarea muy bien vista allí. Atendiendo está el supuesto Jack, un hombre grande, tuerto y grasoso, tampoco parece capaz de dar mucha resistencia. Octubre y Margo se dirigen a la barra mientras Snake Boy y White Kid se quedan cerca de la puerta.
-Buenas vaqueros ¿Qué os pongo?
-Eso-responde Octubre señalando la caja.
-¿Qué? -pregunta confuso el tipo.
-Eso. -repite mientras Margo ya le apunta entre ceja y ceja con su revólver rosa con mariposas dibujadas.- Creo que fui bastante claro
Snake Boy saca su pistola, un arma verde con serpientes grabadas, para apuntar a los clientes. White Kid no tiene una pero se queda en la puerta.
Cae un silencio momentáneo, el tuerto calla durante contados segundos y luego, rápidamente, lanza el contenido de la jarra que tenía en la mano sobre la cara de Margo; ella cierra los ojos sólo un instante, pero para cuando se da cuenta el hombre le ha arrebatado el arma y apunta a Snake Boy
-Tira el arma al suelo vaquero. Este bar no es una sala de juegos y cuatro pipiolos a mí no me roban nada.
Snake Boy no duda en hacerle caso, pero ya es tarde, Margo se ha limpiado la cara y vuelve a ver. Su expresión es la furia personificada y rápidamente un mechón de su cabello agarra la muñeca del barman con tal fuerza que hace que deje caer el arma.
-¿Qué es esto? ¿Qué tienes en el pelo?
-Ese montón de cosas rosas y negras que tiene en la cabeza no son pelos, -responde Octubre esbozando una sonrisa de triunfo- son fibras metálicas que se alargan, contraen, mueven y cortan respondiendo a sus impulsos nerviosos. Biotecnología de última generación, sí señor.
-Le voy a matar… -murmura Margo conteniendo su rabia
-No lo hagas, no queremos problemas mayores
-Maldito bastardo, no vuelvas jamás en tu vida a lanzarme nada en la cara. Y, créeme, te vas a acordar, te dejaré una marca en la mano para que no te olvides
Y un mechón de su cabello se alarga velozmente atravesando la palma de la mano derecha del barman, lo cual causa un grave alarido de parte de él y una voluptuosa sonrisa en la cara de ella.
-Déjalo ya, Margo. Habíamos dicho que nada de heridos, cojamos la caja y salgamos de aquí; ya tenemos lo que buscábamos.
-Bueno.
-¡En marcha! -aúlla felizmente Snake Boy, que ya ha recogido su pistola.
Los cuatro salen del bar dejando atrás al barman que aun chilla de dolor. Pero cual es su sorpresa cuando oyen, no muy distantes, un montón de sirenas que se acercan en su dirección.
-¡¿Qué?! -exclama Octubre al oírlo- Joder, no parecía que ese maldito gordo haya avisado a la poli. Snakey, espero que aprendas porque estas cosas no hay que ir contándolas por ahí, porque la única palabra que define esto, me parece a mí, es “chivatazo”
-Lo sssiento Octubre, ya te dije que…
-Callad de una puta vez y subid al jeep, ya discutiréis cuando nuestras cabezas no corran peligro.
Sin perder el tiempo se meten todos dentro y salen rápidamente de de ahí. Los policías les persiguen a una velocidad vertiginosa, son tres motos y un coche, todos funcionan con aerodeslizadores, lo cual los hace bastante más rápidos que el triste jeep. Al principio utilizan para detenerles sus drenadores de energía, máquinas cuya función es absorber la energía de los aerodeslizadores que hacen que los vehículos se muevan. Pero el efecto sobre el antiguo coche de ruedas es nulo. Tras comprobarlo pasan a las más convencionales pistolas.
-Nos están ganando demasiado terreno ¿Hay alguna manera de que esto vaya más rápido, Snake?
-Diría que no… -responde mientras se rasca la cabeza, dejando a la vista uno de sus brazos, repleto de serpientes tatuadas.
-No me gusta tener que decirlo, pero no creo que podamos escapar
En ese momento White Kid pone una mano sobre el hombro de Snake Boy y se levanta sobre el coche en marcha. Se gira, mira a los persecutores y se lanza cayendo sobre el asfalto, donde da un par de vueltas antes de conseguir volverse a poner en pie. Cuando una de las motos pasa por ahí White Kid de un rápido golpe consigue hacer que el conductor caiga y la moto se choque contra una pared, pero otro de los policías ve lo ocurrido y gira para ir en ayuda de su compañero herido. Al ver que lo persigue un hombre armado, White Kid, sin perder el tiempo, le rompe el cuello al que estaba en el suelo y sale corriendo para girar en la esquina más cercana e intentar perder de vista al otro.
-Bendito White Kid, se deshace de dos de esos, y encima ha conseguido que le ganemos ventaja a los que quedan -dice Octubre después de girarse para ver lo ocurrido. Luego vuelve a encargarse del volante.
Sin embargo el coche y la moto restantes no tardan en volver a pisarles los pies, además de que los disparos no cesan. Es entonces cuando uno de los motoristas tiene la suficiente puntería como para que una de sus balas roce el brazo de Margo, hiriéndola levemente. Ella ve su herida y se gira buscando a quien acaba de dispararle, cuando se da cuenta de que es el motorista se da vuelta y, tras calcular la distancia entre el jeep y él, salta sobre la moto. Por suerte consigue dar en el blanco y se sienta dificultosamente en el manubrio. Mira a su agresor y, llena de enojo, comienza a darle puñetazos. El conductor, al ser golpeado, pierde el control sobre la motocicleta y ésta acaba chocándose contra un muro.
-Diosss, ssse habrá matado
-No, tranquilo, mi hermana sabe como cuidarse. Sí que puedes ir rezando por ese poli; es carne para los buitres.
-Sssi tu lo disssesss
-Sí, sí. Bien, dime ¿Qué nos queda detrás?
-Eh… sssólo un coche
-¿Puedes ver cuantos polis hay dentro?
-A ver… sssí, tresss
-¿Gente mayor? Quiero decir ¿Tú crees que a pie somos más veloces nosotros?
-Sssí, no paresssen muy jóvenesss
Octubre parece pensar por unos instantes un plan mientras peina el mechón de blanco flequillo que le tapa media cara. Luego prosigue:
-Bien, haz lo siguiente, coge la caja y prepárate para una caída brusca, tendrás que reponerte rápido y salir corriendo
-Entendido
-Y ten los colmillos a punto, no te aseguro que tras eso estés a salvo, pero ganarás algo de tiempo para elegir y preparar el terreno
-Essso me basssta; pero… ¿Qué piensssas hassser?
Octubre no puede reprimir una sonrisa antes de anunciar:
-Dar… Un giro a la situación
Y propina un fuerte golpe al volante haciendo girar bruscamente el jeep 180 grados y dirigiéndolo de cara al coche policía.
-¡Salta! -grita justo antes de salir del vehículo en marcha
Snake Boy también se lanza y un momento más tarde los dos vehículos colisionan. Poco después el choque provoca una explosión. El primero en levantarse es Octubre, quien arregla su pelo blanco y limpia su traje a rayas que, por suerte, no se ha roto. Snake Boy, que saltó algo después, tarda más en recuperarse, se le han roto los tejanos que ya de por sí estaban cortados toscamente a la altura de la rodilla y también peina un poco el verde chillón de su cresta. Octubre ha salido intacto y Snake Boy tiene heridas leves, nada de lo que preocuparse.
-Bien, asegúrate de tener las jeringuillas, los cuchillos y la pistola en sus sitios, pilla la caja y vete ya. Los polis suelen tener un buen sistema de protección en sus coches, no creo que tarden en recobrar el sentido.
-¿Y tú?
-Yo me quedo aquí, me encargaré de que no te sigan todos los que iban dentro del aerodeslizador
-Essstásss loco, ssson tresss, como vayan a por ti vasss lisssto.
-Tranquilo, sé lo que hago. Estate dentro de dos horas en el parque de los patos ¿Entendido? Margo y White Kid, supongo, irán también allí. Ahora, vete.
Y Snake Boy sale corriendo calle abajo en dirección a la zona residencial de los suburbios en la que vive. Octubre por su parte sigue fijándose que su traje esté intacto y vuelve a colocar la flor violeta en su sitio. Pocos minutos después los policías parecen volver en sí, no están muy malheridos, efectivamente debían tener una buena protección. Se fijan si todo está bien y cuando han comprobado que no hay ninguna herida grave, además de la destrucción de su coche, comienzan a hablar:
-¿Estáis bien?
-Sí… Malditos mocosos de mierda.
-Tranquilízate Rodríguez.
-Mira, ahí hay uno mirándonos como si se creyera el rey del mundo o algo así, lo voy a dejar como un colador. Niñato de mierda…
-Callaos. Vosotros dos id a por el otro, que lleva la caja que robaron y debe haber escapado en esa dirección. Yo me encargo de éste.
-Está bien jefe
-Vale. Voy a hacer que ese condenado desee no haber nacido.
-Cálmate, si salimos con prisa aún le pillaremos
Al acabar de hablar, los dos polis se levantan y salen, sin perder el tiempo, tras los pasos de Snake Boy. Llevan encima los revólveres y los palos eléctricos, armas que emiten descargas que pueden llegar a ser mortales. El otro, un poli algo mayor y que parece el jefe, se levanta sin mucha prisa y se dirige a Octubre:
-A ver, chico, si te entregas todo será más fácil y no tendrás problemas. Va, hazlo sencillo y nadie aquí saldrá herido
-Oh, es usted muy considerado. Permítame que le haga otra oferta: evite seguirme y nadie aquí tendrá problemas. Es un buen trato ¿No cree?
Sonríe y abre una puerta que se había encargado de forzar mientras ellos hablaban. El policía comienza a levantarse con la clara intención de detenerle. Octubre, mientras entra, murmura para sí mismo:
-Vaya, hagas lo que hagas al final siempre tienes que acabar cuidando de ti mismo.
Y cierra la puerta tras su paso.
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