Antes del rugido mortal
el se adormecía pensando.
El sabor de sus besos al despedirse
aun permanecían en su boca.
Acordaron llamarse en media hora
para decirse te quiero.
La maldad y el absurdo no lo quisieron.
Estallaron las bombas
se despertó el miedo
se mezclaron en un momento
sangre, dolor, desconsuelo.
Un viento letal partió su alma.
Entre restos de metal
y desgarradores lamentos
su vida se derrumbaba.
El sonido del teléfono
se abrió paso entre la nada.
Era solo un llanto mas
nadie lo escuchaba, nadie contestaba.
Pronto se detuvo, todo se volvió oscuro
era ella que llamaba
para decirle te quiero.
Texto agregado el 16-03-2004, y leído por 253
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