La habitación parece observarme, sigo acostado tratando de dormir, pero siento como si hubiera algo o alguien mirándome con perversidad, intranquilizándome de esa manera y esfumando mi sueño. Las luces están siempre apagadas, dejando entrar un poco de luz de un poste que esta ubicado cerca de la ventana de mi cuarto.
Es noche de invierno afuera. Llueve a cantaros con truenos y relámpagos; el viento parece gritar como si alguien le estuviera castigando. El ambiente es tenebroso, fúnebre, tenso.
El espectáculo comienza ante mi vista. A veces pienso que solo e mi mente, que me ha atrapado la diabólica esquizofrenia trayendo consigo la locura a mi presencia.
Gritos, mi cabeza esta llena de gritos, algo me atormenta con palabras de auxilio de una brutal muerte.
Puedo sentir las llamas del infierno en las paredes de mi cuarto, en esta endemoniada habitación donde una vez me esclavizaron y pude encontrar la magnificencia de mi poder.
Sensaciones… repentinamente me siento húmedo y sucio. Enciendo la luz; me veo manchado con sangre, el olor a putrefacción es insoportable, siento locura, perversidad, obsesión, deseos. Salgo de mi cuarto, sigo por el pasillo hasta la sala de estar, enciendo una luz y veo todo empapado con sangre, está por todos lados, incluso llega como un chorrillo hasta mis pies. La imagen es clara y macabra… esta mi familia muerta, están degollados sin lengua ni ojos, pero el mas adornado es él. Su cuerpo esta esparcido por todos lados y lleno de cortes; es de observar y descubrir que fue descuartizado vivo, ya que su rostro expresa un dolor y desesperación espantosos, lo muestran sus ojos ( solo el quedo con ojos).
Hay un pentagrama satánico marcado en su frente, la marca parece hecha con un fierro al rojo vivo en el mismo que esta clavada su cabeza, y su boca esta llena de hojas de la Biblia que solía leer.
No puedo aguantar mi risa trastornada, el placer y la satisfacción de ver un asesinato en el que no sabia que yo era el protagonista, hasta que ví el arma asesina en mis manos, y me ví a mi mismo en los vagos recuerdos de mi mente, realizando aquellas placenteras acciones.