En ese andar errante y absurdo,
se estancan y aterrizan las ideas,
se mezclan con el reloj burlesco de la vida,
y a sus manecillas fofas y ebrias.
Descansadas, ya en la mañana,
van poniéndose su traje de batalla,
y pintan su cara ojerosa
con tinturas que bloquean el sol.
¿Hay vida mas viva que la vida?
Y ese ser insignificante que trata
de analizar las ideas transformadas,
y las hace suyas y únicas y sutiles
sin saber que como hijos son infieles.
Ahora viajan,
al pasado,
al futuro,
no se quedan quietas ni tranquilas,
se ven lejanas y viejas,
tristes, solas, pero eternas
van dibujando lo que él quiere,
y el se aferra al dibujo,
olvidando las nocturnas pesadillas,
que alguna vez fueron ideas. |