La paciencia elixir del sueño,
no hay destino esqueletos.
Pasión podrida en las manzanas
nueces de sangre en las cascadas.
Resbalamos como espuma,
mutamos en el agua.
Somos fuentes de cloruro,
el amor es aire y articulaciones.
La razón es la célula,
el raciocinio antimateria.
La cruz, la esvástica
símbolo sánscrito,
polvo en la tabla periódica.
Somos paz y yodo, sal y perfumes,
emanamos del café y las mieles,
del pensamiento, el sexo y las hieles.
Somos líquidos y sentimientos,
matriz de las teorías, coito de las ideas.
Pensamos, vivimos,
amainamos el colchón de la mente.
No hay alcohol ni cigarros,
existimos en la sábana de gases.
La visión y la neblina,
rosas y cantinas.
Tu estructura me infecta,
eres mujer, cenit de afrodita.
Sor Juana te mira y regocija.
No somos carne, somos sangre,
no somos semen, somos carne.
Soy.
Eres.
Mis células rebotan en tus pechos.
Cuerpos que danzan en la noche,
dos sombras se masturban los yerros.
Soy un alma, un ángel bañado en leche.
Soy el pan, la fruta...
Peces posados en tus muslos.
El amor, la decencia, la inocencia.
La razón, la verdad antimateria.
Tu mirada y la mía fotografías,
un sueño revelado al positivo.
Somos.
No, no somos, dejamos de ser.
Ahora eres y no dejas.
Revive tú, mujer…
revive mi estiércol.
Hunde tus labios en las fauces;
seca tus muslos en las toallas de los sexos.
Eres eterna, eres paloma,
eres con sangre eterna mariposa.
El amor, el sufrimiento, la destreza
Peleas de perros, poesía que se infecta.
Las plazas, los tranvías,
el piano que no cesa.
La casa de sol,
las miradas me traspasan.
Eres un monte,
un volcán en erupción.
Tú asimetría, simetría de nuestro amor.
Mi amor lucha, tu amor sucumbe,
nuestro amor navega por los mares del café.
Somos árboles, nieve en el desierto.
Somos en el mundo feliz antimateria.