Inicio / Cuenteros Locales / sendero / Anhelo
No hagas ruido.
Quédate quieta.
Abracémonos fuerte,
y recuerda
que en medio están los cristales
donde parpadean nuestras vidas.
Háblame al oído,
tócame con el azul eléctrico de tus manos,
dale finos dientes a tu respiración.
Convierteme en un sax
y rompe con encendidos solos
la plaza de tus deseos.
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Texto agregado el 16-03-2004, y leído por 618
visitantes. (14 votos)
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Lectores Opinan |
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29-09-2008 |
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Pura picardía... casi se escucha el tono susurrante y clandestino con el que se teje esta erótica complicidad... genial... eres muy tremendo...jajajajajajajajajaj. espuma |
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30-12-2007 |
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vaya! no se si sea anhelo o invitaciòn!!! jijij, bello como el señor transporta con sus letras aliacanitidia |
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28-03-2004 |
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Fragilidad y fortaleza, unidos... las contradicciones del amor, o del deseo... Muy estimulante Oliveria |
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22-03-2004 |
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con la sensibilidad a flor de piel, cualquier petición se carga de magia, cuando se ama el anhelo por lo general se rodea de poesía, los deseos más ocultos se transforman en sueños. Me parece por sobretodo bello. Saludos y estrellas... me has dejado suspirando. CaroStar |
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18-03-2004 |
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Cuando haces poesía, te imagino en otra dimensión. Me gusta mucho el final y la frase " la plaza de tus deseos" meci |
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