Con mi mejor traje partí esa noche, sin duda era un día especial y muy esperado, te volvería a ver después de muchos años, es curioso, pero supe que justamente ese día exisitían energías diferentes, positivas, por ser una fecha especial (fue más bien un rumor de peluquería, en que decían y comentaban que el día sábado 7/07/2007 estarían las Iglesia y Moteles con su capacidad máxima.) Al parecer el siete tenía dominio de número de la buena fortuna, por supuesto que quisé creerlo y por muchos motivos sería el día más especial, lo internalice y lo hice mio.
El nervio me consumía por completo, me sentí temblorosa, con un frio de pies a cabeza, pero con un calor en mi corazón inexplicable.
Caminé nerviosa a ese lugar, quise hacerlo léntamente y extender al máximo esa sensación que hasta el día de hoy recuerdo como si fuera ayer.
Sentí mi respiración, me conecté con mi interior, mis sentidos captaron desde un viejo aroma hasta el sabor de tus labios sin siquiera tocarlos. Mi corazón gritaba, mientras disimulaba frente a tí.
Con un abrazo cariñoso y una sonrisa amistosa te sorprendí.
Tu mirada era la misma de la que me había enamorado hace muchos años, nunca pensé que sería la misma que años más tarde, me volvería a enamorar.
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