Paré e imagine cómo podria terminar...pense que podria chocar en el coche y desplomarme por la banquina saliendo yo despedido por el parabrisas rociado de sanrge y lastimado de vidrios.
...Pensé que no iba a ser posible, dasataría un cáos y no quiero eso, sino algo mas tranquilo...
Encendí el automóvil y aceleré. La autopista se encontrada desierta, tal cual esta cuando todos miran la final del mundo en fútbol, no había viento ni pájaros, no había ruidos ni vendedores, no habia tormenta ni estrellas, solo yo tratando de decidir que haría los siguientes tres o cuatro instantes.
Recorrí mas o menos 5 kilómetros y encontre una gasolinería vieja y desgastada, apagué el motor del auto y bajé.
Un hombre arrugado por sus años y que exapandía tristeza a través de sus ojos se encontraba sentado a la vera de la autopista, se levantó con dificultad y me preguntó que quería; -Busco un poco de gasoil y tambien un poco de descanso, le dije.
-Aqui no encontrará eso señor, lo único que tengo son surtidores vacios, pero si quiere cargarle al auto, a 13 millas de aquí hacia el noroeste hay una gasolinería.
-Muchas gracias por su sugerencia señor, tóme este regalo de mi parte, y le dí una armónica que había regalado mi padre antes de marcharse de casa.
Me miró y llóro. Me abrazó, nos abrazamos.
Mis ganas de suicidio cesaron...por un rato...