La indispensable necesidad de socavar lentamente todo lo construido.

"Cartago a caído,
estrépito monumental... cientos de esclavos,
y lo que antes fue peligro, ahora es arena estéril llena de huesos blancos.
Así vuelvo de mi sevicio.
La galera cruje,
el viento y las olas nos tratan bien,
nadie habla,
ya celebramos el maldito triunfo,
por fin la espada yace enterrada,
y el que la empuño huye...
¿Dónde estas Anibal?... ¿dónde quedo tu brutal revancha?.
Roma no me necesita (por ahora),
mi sangre esta donde debe estar.
Un capricho fue resuelto,
¿de dónde vendra el otro?,
ahí esta la costa romana,
es hora de descansar".

Hay que quitar un ladrillo y no dos...
la cuestión es que "algo" siga en pie.