La soledad quiso ser silencio,
para eso se deshizo de todas sus compañías;
pronto se dió cuenta de que no tenía nada:
sólo lágrimas, y tristeza y mucho llanto...
y mientras se quejaba al silencio
de su mala fortuna
el silencio, que no podía responderle,
pero que tenía buen corazón
la invitó a dormir sin soñar,

Disminuyeron sus sollozos mientras se adormecía,
mas la nostalgia que sentía
la hizo imaginar un hermoso sueño
en que se reencontraba con sus antiguos compañeros.
En ese momento, el silencio que se había enamorado de ella,
la despertó, celoso de lo que su amada había recordado,
entonces la soledad rompió a llorar,
mirando cómo se marchaba el silencio.