No quiero morir tres veces y mucho menos una cuarta más, tampoco secare mis ojos por completo, estoy harta de desechar mis recuerdos y tirarlos al vació.

Necesité mirarle más de cinco minutos, sentí esa necesidad de hablar de lo que pasa y de lo que sucedió, desee también de un tiempo aunque sin exceso, no fueron necesarios ni un par de tragos…

Teníamos una noche, una cama y sin almohadas, no llovía y tampoco era de día, obtuvimos un par de besos, por si fuera poco una de esas platicas orgasmicas causal de aventura y desden logrando así llegar al alma que había perdido la calma dentro de tanta tempestad.

No se viven dos historias iguales, cada instante perderá continuidad y jamás habrá comparación entre la verdad y la realidad.

Lo inesperado sucedió sin precisar lugar, momento o espacio. Lo esperado nos mantiene de pie sin saber si realmente se puede pasar de un momento a otro para ser realidad.

Quien lo diría: juntos sin pensarlo, sin planearlo, con el deseo que solo dos corazones entienden y que solo nuestras almas comprenden. Esa noche no fue suficiente, nunca será suficiente…

Haré de tus brazos mi mejor refugio, del silencio nuestra mejor melodía, de la noche el mejor instante para pensarte y estar contigo. Inundo cada rincón de mi alma. Para amarte solo me hacia falta saber que tu también me amabas…