Cuando se va un músico queda un vacío, un espacio irremplazable en el pentagrama de la vida. Los ecos de su voz se escuhan en la mente, las melodías de las canciones llaman a la melancolía. Cuando se muere un músico retumban en el corazón miles de instrumentos y sólo nos queda decir adiós. Y con cada acorde vendrán las voces de los músicos muertos a nuestra memoria, en la música son inmortales.
Texto agregado el 15-03-2004, y leído por 196 visitantes. (2 votos)