Se veía nerviosa, cualquiera lo notaba, algunas personas le daban miradas de reojo que ella ignoraba con la mirada perdida en la pantalla de su celular que apretaba con fuerzas en una de sus manos, con sus pies daba alternados pero suaves golpes al piso, mientras su otra mano sostenía de una de sus correas la mochila que caía entre sus piernas. La gente llegaba y a los segundos eran tragadas por las puertas de los carros del metro dejando vacía la estación, la escena se repetía minuto tras minuto, de la misma manera y rapidez casi igual una de otra donde lo único que cambiaba eran los otros de las personas.
Pasaban los minutos y ella seguía ahí, ahora pendiente de los rostros que bajaban de las escaleras y esperaban los trenes que se sucedían. buscaba el que esperaba, pero ninguno de ellos era el que ansiaba desde hacia varios minutos, demasiados para ella. Pero sabía que vendría, en eso habían quedado, se lo había dicho en su susurros con ambas manos sobre su rostro de niña adolescente. Todo lo habían acordado en tan solo unos segundos, y aquella conversación de la noche anterior no la dejó dormir y se repetía a cada instante en su memoria. Pero los minutos pasaban, y su amado no aparecía, el amor de su vida brillaba por su ausencia. Pero ella esperaría, creía en las palabras de aquel hombre, aunque a decir verdad era un niño al igual que ella. Nunca le había mentido y no había razón para que ahora lo hiciera. Además lo que ahora harían les cambiaria la vida, no les quedaba otra opción, debían huir, y empezar sus vidas solos, en otra ciudad, aunque fueran apenas unos niños, en eso habían quedado y eso seria lo que harían.
Ya había pasado mucho rato, es mas, la vorágine de las personas había disminuido, y la estación poco a poco tomaba su normalidad. Aun seguía con el celular en la mano, no lo podía llamar en eso habían quedado. Pero los nervios eran mas que la promesa. Había pasado mas de una hora ahí esperando, y una hora era mucho tiempo de espera, se irían juntos, dejarían a sus familias y todo para iniciar una nueva vida y él no aparecía. De pronto su teléfono vibró entre su manos haciendo que diera un salto de susto al sentirlo, miró su pantalla y observó con ansias que había recibido un mensaje, su pulso se aceleró, con sus dedos temblorosos digitó sobre él, sus ojos se fijaron en las palabras abreviadas del mensaje, era de su amor. Lo leyó y al terminar de hacerlo una lágrima bajó por una de sus mejillas, soltó la mochila, dejo caer el celular y se tocó vientre, donde comenzaba a crecer el fruto de su primer amor, el motivo por el cual se marcharían juntos y para siempre. No lo podía creer, no vendría, la había abandonado, sus promesas de la noche anterior habían sido falsas. Tendría que irse sola, pero a otro lugar. Comenzó a caminar hacia el inicio el túnel de la estación, cuando sus pasos se detuvieron, miró hacia atras mientras algunas personas tenian sus miradas fijas en ella. Volvió ssus ojos perdidos hacia la osucridad del tunel, donde a lo lejos y veloz se acercaba la luz del tren que velozmente se acercaba a la estación, y su mirada ida vio venir el tren, y sin pensarlo y casi en estado hipnótico se arrojo al andén, dio un paso hacia el vacío, donde el tren sin percatarse pasó sobre ella acabando con su vida y la de la criatura que crecía en su vientre y todos los sueños y promesas que la noche anterior se habían jurado. Muchas personas vieron la escena sin podr hacer nada. Mientras tanto, el celular abandonado en el piso de la estación vibraba. Uno de los testigos lo observó, lo tomó entre sus manos, y leyó el mensaje que apenas recien había llegado, y en el decía , “amor, espérame, me da lo mismo mi familia, voy para allá, te amo".