Esta noche soñè contigo.
Estabas ahì, tan bella, tan sutil.
Tu perfume se filtraba entre mis poros, se expandìa, me recorrrìa cual escalofrìo y luego se condensaba.
Me mirabas con esos ojos tuyos, diàfanos, altivos, imponentes, de esos que hacen que uno agache la mirada.
Deslizaste sensualmente tu mano, desde tu pecho hasta donde te alcanzò la extenciòn de tu brazo.
Lucìas tan mujer, que no pude contenerme. Una fuerza mayor que el orgullo y el coraje provocado por tus constantes desdenes se apoderò de mì. Y te tomè entre mis brazos. Poco importaba que me volvieras a gritar, que tu mano se tornara iracunda y como ola que rompe, golpeara mi mejilla. Tenìa locas ganas de poseerte.Te besè, te mordì, te arañè, te acariciè, te hice mìa.
Grande fue mi sorpresa al ver que correspondiste mis deseos.
Me sentì el hombre màs feliz del mundo. "Me ama, me ama",decìa para mi mismo,con tu cabeza reposando en mi pecho.
Y seguì dicièndomelo hasta el instante en el que abrì las cortinas y vì que ya habìa amanecido.
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