Ser amigos … hoy.
Unos años atrás, en nuestro querido mundo occidental era frecuente escuchar discusiones sobre la validez de la amistad entre el hombre y la mujer. Los términos enfrentados podrían resumirse en dos grandes conceptos: o ambos eran algo más que amigos, es decir, vivía en esa relación un sentimiento con características que la acercaban más a lo amoroso, al menos para alguno de los involucrados, o la amistad no tenía una intensidad que pudiera ser considerada tal, algo así como “amigotes” en lugar de amigos.
De un tiempo a esta parte, esa polémica comenzó a desaparecer de las mesas de café o de las reuniones de amigos o familiares. Y luego, la palabra “amigo o amiga” comenzó a tener connotaciones diferentes. Hoy tanto es un amig@ aquel compañero de trabajo con quien compartimos la actividad con que nos sostenemos económicamente como aquel contacto en nuestra lista, a quien no conocemos en forma personal pero sostenemos largas charlas cuando coincidimos en el mensajero.. Es esa persona a la que podemos llamar si estamos tristes o queremos compartir una alegría inesperada. Es un confidente, una oreja atenta, dispuesta a escucharnos sin juzgarnos, y hasta se atreve a sugerir soluciones a nuestras cuitas. Podemos ser simplemente amigos o enamorarnos, sostener una relación virtual o real, pero siempre implica compartir largas horas en las que sólo hubiera reinado la soledad.
Es un amig@ el compañero de salidas los fines de semana, acompañándose en una mesa de café, una cena, un baile, un espectáculo. Un amig@ es un compañero de viajes, compinche de vacaciones o minivacaciones. Es esa persona con la que se puede compartir una habitación, una cama, sin que eso implique asumir compromisos indeclinables. Un amig@ puede ser como un hermano, un novio, un amante, una pareja o un cónyuge sin serlo realmente. Siendo únicamente eso, un amig@.
Los caminos de la amistad hoy, son senderos que se recorren sin pedir nada a cambio, ni del otro ni del camino, con la única esperanza de compartir un tiempo y un espacio, y después … bueno, después … ¿quién sabe lo que puede pasar después, en un mundo en el que todo se construye para un día y puede destruirse en un día?
Hoy, los caminos de la amistad son amplios, generosos, respetuosos del otro, desinteresados por definición. Sentimientos que ponen al individuo frente a sí mismo y a sus posibilidades de dar y de exigir. Todo ese desprendimiento que convive con una relación estrecha; todo ese desapego que arranca de raíz cualquier ingrediente condicionante; ese trámite en el que ambos están tan interesados en recibir como en dar … y quizás mucho más en dar, sin pedir nada a cambio … si no es amor, se le parece bastante.
Un amig@ es alguien con quien podemos contar, y nadie lo dijo mejor que Mario Benedetti, a quien le pido prestado este bellísimo poema:
Hagamos un trato
Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
En el día del amigo, un abrazo enorme ... y sigamos siendo amigos.
Sara Eliana Riquelme, 20 de julio de 2007.
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