¿Te acuerdas?
Todos todos mis recuerdos de niña me llevan a ti. Meriendas en tu casa comiendo queso de bola, comidas en la escalera porque los dos queríamos comer juntos, y no nos poniamos de acuerdo en casa de quien, aquel murciélago que se coló una noche y tuvo que salir la señora Nemesia (que ahora que leo su nombre, vaya fatalidad para la pobre vivir toda la vida llamándose así) con una escoba para echarlo....
Ahora apenas nos vemos, pero te tengo presente cada día. Yo creo que soy lo que soy en gran parte gracias a ti. Creo que he tenido la infancia más estupenda del mundo y no imagino mi vida sin tenerte, aunque no sea cerca, para llamarte y contarte mis cosas buenas y mis cosas malas.
Deseo con todas mis fuerzas que la vida de repente mañana te sorprenda, y seas la persona más feliz del mundo, más que yo incluso. Y que un día vaya de visita con mis niños, mi Curro y mi Marcos, a ver a los titos de Valencia.
Miles y miles de besos. Te quiero con toda mi alma.