El mundo en el cual vivimos
Ya estás al filo de los setenta
y aún no puedes vivir de la renta.
Tienes que agachar el lomo y duro,
y ni tienes el dinero para un puro.
Este mundo en el cual Dios te ha metido,
huele mal y está réquete podrido.
La gente miente, roba y mata,
para conseguir una mísera patata.
La carne por su precio está prohibida,
y en la carnicería sólo es exhibida.
Para aquellos que se acuerdan de antaño,
cuando se la comía todo el año.
Ahora se permite una lánguida mirada,
de soslayo, a hurtadillas y de pasada.
Para no llorar a moco tendido,
todo lo que en esta vida se ha perdido.
No busques afuera tu felicidad,
dentro de ti está hasta la más nimiedad.
Haz las paces contigo, parientes y vecino,
y sigue luchando en este camino.
De cada palabra y acto somos responsables,
por lo tanto tratemos de ser más amables.
La naturaleza se desquita con creces,
mientras seguimos tirándole nuestras heces.
,
La oportunidad de salvarnos es poca,
no aprendemos hasta que a nosotros nos toca.
Seguimos quedando impávidos sentados,
siempre ciegos, sordos y callados.
Este planeta es nuestra única morada,
hagamos algo para que sea reciclada.
Cambiemos nosotros nuestra forma de vida,
para salvar a nuestra Tierra querida.
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