Hoy no rendiré mi espada
No accederé al rito
No dejare que las escalas y los ataúdes
Me arrastren en medio del día
Hoy no me sentare en mi cajón
Esperando a mi, mi valentía, a mi, mi inspiración
Hoy me camina por los dedos la compasión
La tristeza,
La humanidad,
La sonrisa,
Los colores ocultos del sol
En la televisión
Los secuestrados saludan,
¡Estamos vivos!
Cantan,
Y lloro por ellos
Hoy fui el hombro vagabundo
Donde ellos no lloraron
En la habitación donde me oculto,
Los vi,
Saludaron,
¡No estamos muertos!
No estamos muertos…
Pienso en ellos durante el día
En los que marchan por ellos
En la madriguera donde le grito a mi sombra
En los pasos que no han dado
En las hijas que no han visto
En las flores que no les regalaron
En los libretos que les dictan,
A todo color
A cambio de talvez
Una hora de sol
Un pedazo de carne,
Que hoy no les peguen un tiro.
O un baño,
.
Veo la televisión
La noticia pasó.
Aun no se enfrían sus llagas en mi piel
Salgo,
Y mas de lo mismo
Mas de las calles musitas,
del saludo obligado, escupido, espontáneo,
O balbuceado
Y mas del silencio.
.
Sus cantos,
sus hijas
sus ojos en las cámaras
la selva que se los come
su tristeza devorándome,
hoy no rendiré mi espada,
esgrimiré mi dolor
hoy no será una noticia
¡hoy me duele!
hoy sus cantos inundan mi garganta
hoy mis dedos alcanzan sus huellas encadenadas
perdidas,
espectrales.
Hoy por mi olvido
Les pido perdón.
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