Vigilan mi castigo las puñaladas del cielo
que con su mirada argenturea
rayan en la noche comprimiendo el miedo.
Vigías de la madrugada,
delirantes ilusiones sin deseo.
Alcé la mirada y estaba ciego
las sombras antes nítidas eran tan solo
cabezazos contra la pared de mi deseo.
En este viaje pensé que alguna vez
mi nave arribaría a buen puerto.
Pero caí en la catarata donde morían los barcos
que precipitandose por el finis-terrae
no volverán jamás, a la realidad de tu cuerpo.
Texto agregado el 17-07-2007, y leído por 138
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Lectores Opinan
30-08-2007
Muy bueno tu poema!! tiene ritmo y buenas imagenes relativas
al tema. Me gusta tu forma de hacer poesía Felicitaciones! alondra40