ILUSIONISTA

“Show how you do that trick…”
Just Like Heaven, THE CURE

- Muéstrame como lo haces….
- No puedo. Ya sabes que un mago jamás debe revelar sus secretos.
- ¡Pero yo soy tu novia! No debes tener secretos conmigo.
- Y no los tengo…excepto en lo que respecta a mi profesión.
Ella lo miró con expresión enojada.
- Ya llevamos casi un año juntos. ¿No confías en mí? ¿Crees que voy a andar por ahí revelando tus trucos?
El tono de ella hizo que se le encendieran las luces rojas. Lo llevaban al punto de no retorno.
- No se trata de eso…
- ¿No?...
Observó por un momento su expresión de niña encaprichada. Finalmente suspiró y se rindió. Ya se encontraban allí, en el jodido punto aquel.
- Está bien. Hoy en la tarde.
Ella lo abrazó riendo y aplaudiendo.
- ¡Gracias! ¡Eres maravilloso! Uno de los mejores magos del circuito. No entiendo por qué no quieres trabajar con los grandes. Tienes más talento que aquellos que están en la primera línea.
- Lo se, pero no me interesa ese nivel de exposición. Estoy bien donde estoy. Me gusta esta vida un poco más tranquila.
- Y a mí me gusta estar contigo.
Se besaron mientras caminaban

***

Le sirvió un vaso de vino y apagó la luz principal, dejando la habitación en penumbras. Se plantó frente a ella a contraluz. Solo se apreciaba su silueta.
- Bueno, tienes curiosidad por saber como hago algunos de mis trucos- Hizo una pausa- Tú dijiste cuando paseábamos que tengo más talento que aquellos que están arriba, y es verdad.
Comenzó a ejecutar un peculiar movimiento con las manos frente a él, a la altura de su cintura.
- Aquellos que están en la cúspide son solo hábiles operadores de maquinarias de efectos especiales, como una película de Hollywood. Mucho ruido y poca sustancia.
Ella notó expectante que de entre las manos del hombre comenzó a surgir una luz muy tenue.
- Lo mío es más sencillo y a la vez más complicado.
La luz paulatinamente se hizo más brillante. El hombre fue lentamente subiendo sus brazos mientras continuaba con sus pases de manos. La luz, como una esfera, acompañó al movimiento. La mujer se inclinó asombrada hacia delante.
- Lo mío tiene que ver con el hecho de que es…pura y simplemente…
La luz estaba a la altura del pecho del hombre.
- …verdadera...
La esfera fulgurante continuó su ascenso.
- ¡MAGIA!
La esfera iluminó el rostro del hombre. Ella observó con espanto aquel rostro, oscuro y ancestral, que vagamente recordaba al de su novio. Profiriendo un grito tiró la copa de vino y corrió hacia la pared del fondo, sollozando mientras se acurrucaba en un rincón.
El encendió la luz y corrió hacia la mujer.
- ¡Perdóname! ¡No quise asustarte así! ¡Fue un error!
Se agachó junto a ella, que continuaba llorando.
- ¡No! ¡No! No me toques. ¡Era horrible! ¡Eras horrible!
- Perdóname. Lo siento. Solo quería darte una lección por tu curiosidad. ¿Quieres algo? ¿Un vaso de agua?
- No. Déjame. Quiero irme.
Se paró y se alejó presurosa de él, que quedó sentado en el rincón.
- Por favor. Lo siento. Quédate…
- ¡No! Debo irme. Solo quiero irme.
Tomó sus cosas nerviosamente y se dirigió a la puerta de salida. Echaba furtivas miradas hacia donde estaba él, que le dijo con voz pausada:
- Te llamo más tarde, cuando estés más calmada. Lo siento mucho. Fue un error.
Alcanzó a escuchar que ella balbuceaba una despedida mientras cerraba la puerta bruscamente tras de si. Se quedó allí, observando el pomo de la cerradura mientras reflexionaba. Sabía que no volvería. Nunca lo hacían. Llegados a aquel punto, ese truco era la mejor forma de deshacerse de ellas. No podía permitir que se entrometieran en sus asuntos. Después de todo, un mago no podía por juramento revelar sus secretos.

Susurró una frase y la habitación volvió a quedar en penumbras.