Hace mucho tiempo había una pareja muy feliz, la joven era la más linda que podía existir.
Un día ella empezó a sentirse mal, le brotaban granitos en la cara y sentía un ardor profundo en todo su cuerpo. Estas reacciones le parecían muy extrañas, por esto ella fue al doctor, y este le dijo que estaba enferma, que se le iba a empezar a deformar la cara. Por esto, ella empezó a evitar a su novio, por que no quería que la viera así. Ella supuso que su novio no la iba a querer más si era fea.

Una semana después ella lo llamó y le dijo que el doctor le diagnosticó una enfermedad en la piel y que la cara se le estaba deformando y estaba que daba asco. El novio no le contestó nada y ella pensó que el ya no la quería más.

Al poco tiempo fue el novio quien la llamó y le dijo, que había ido al doctor y que este había dicho que estaba perdiendo muy rápidamente la vista, y que la necesitaba. Ella aceptó ya que él no la iba a poder ver.

Pasó el tiempo y ellos eran los más felices del mundo; ambos envejecieron y ella murió, todos decían "pobre el esposo está ciego y la necesitaba".

En el velorio el esposo fue sin bastón, sin anteojos negros y realmente se sentía que miraba a la gente, en medio de la misa un amigo le pregunta "¿no era que vos estabas ciego?" y él le responde "no, nunca lo estuve pero si no le decía eso, ella nunca iba a aceptar casarse conmigo, y yo la amaba".


Moraleja: A la persona se la mide por lo que está en su corazón y no por su exterior